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Después de estos meses de confinamiento, Zaragoza está preparada para recibirte de nuevo. La ciudad está recuperando poco a poco la alegría de sus calles, sus comercios, sus terrazas y su oferta cultural y de ocio.
Las Oficinas de Turismo han abierto también sus puertas y están preparadas para atenderte.
Zaragoza quiera que vuelvas a disfrutarla con total tranquilidad y, para ello, ha incorporado todas las medidas higiénico-sanitarias establecidas para que tu estancia sea 100% segura, porque ZGZ te quiere enamorar, cautivar, cuidar, ilusionar, inspirar… #ZGZTeQuiereVerPronto.
En todo caso, la capital de Aragón, atravesada por el majestuoso río Ebro, ofrece una amplia y diversa colección de tesoros que la convierten, de manera incuestionable, en un destino más que atractivo. En cualquier momento del año, el arte, la cultura y la gastronomía hacen de Zaragoza la ciudad perfecta para disfrutar de una breve escapada en pareja o con amigos, o para vivir unas buenas vacaciones en compañía de la familia.
Zaragoza: dos mil años de historia
Ciudad bimilenaria, Zaragoza posee un rico patrimonio histórico y monumental forjado, capa a capa, gracias a las distintas civilizaciones que han poblado este fértil valle. Así, en su casco histórico trazado por los romanos, el legado imperial dejó su huella en impresionantes restos arqueológicos, puestos en valor en los museos del Puerto fluvial, del Teatro, del Foro y de las Termas Públicas de Caesaraugusta.
Por su parte, la luminosidad del gótico tiene su apogeo en la Catedral del Salvador, más conocida como La Seo. Primera catedral cristiana de Zaragoza y reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO, este imponente edificio se levanta sobre el mismo espacio que antes había ocupado el templo romano del foro, la iglesia visigoda y la mezquita mayor musulmana. Del mismo modo, la grandiosidad barroca tiene su paradigma, por supuesto, en la célebre Basílica del Pilar.
Herencia de época hispanomusulmana, la arquitectura mudéjar –también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO– cuenta con grandes ejemplos también en La Seo, en la iglesia de San Pablo o en el palacio de La Aljafería, del siglo XI y una de las obras de arquitectura palaciega musulmana mejor conservadas de occidente.
Pero Zaragoza no es solo patrimonio histórico, también es una puerta abierta al futuro. Y clara muestra de ello son sus vanguardistas infraestructuras legado de la Exposición Internacional de 2008, entre las que se encuentran, por ejemplo, la Torre del Agua, el Pabellón Puente –obra de la prestigiosa arquitecta Zaha Hadid– o el Acuario fluvial más grande de Europa, entre muchas otras.
Zaragoza: ciudad de arte
Lugar de infancia, juventud y formación de Francisco de Goya, su pintor más universal y considerado por muchos críticos como “padre del arte moderno”, Zaragoza es una ciudad donde el arte se vive intensamente.
En este sentido, la obra de Goya, genial artista que supo crear un lenguaje propio y un estilo único e irrepetible, puede verse en distintos espacios repartidos por la ciudad. Así, desde los grandes frescos que decoran la Basílica del Pilar hasta la serie de grabados que se muestran de forma permanente en el Museo Goya. Colección Ibercaja, pasando por el Museo de Zaragoza –donde se encuentra una excepcional colección representativa de todas las etapas del pintor– y el Retrato del arzobispo Joaquín de Company expuesto en el Alma Mater Museum, la ciudad ofrece un conjunto imprescindible de obras del gran maestro.
Más allá de sus grandes clásicos, Zaragoza también es vanguardia artística. Y clara muestra de ello son propuestas como Asalto, Festival Internacional de Arte Urbano, como el festival de danza Trayectos o como el Festival de Jazz de Zaragoza, entre muchísimas otras opciones que hacen de la agenda cultural de la ciudad un caleidoscopio artístico realmente apasionante.
Zaragoza: capital gastronómica
Entre los encantos que dan carácter a la ciudad, la gastronomía es, sin duda, uno de los más importantes. Todo tipo de sabores y sensaciones, desde lo más tradicional a la cocina de vanguardia, llegan de la mano de una variada oferta de restaurantes, cafés y bares. Y a ellos se suman los más diversos eventos culinarios y atractivas visitas gastronómicas que invitan a locales y visitantes a descubrir todo el sabor de esta auténtica capital gastronómica.
El jamón de Teruel, el ternasco, la borraja, la cebolla de Fuentes, el melocotón de Calanda, el aceite del Bajo Aragón…, las joyas de la gastronomía aragonesa alimentan también la cocina zaragozana, e invitan a disfrutar de un amplísimo menú que va desde los guisos populares hasta las nuevas creaciones de restaurantes con Estrella Michelin. Además, en los alrededores de la ciudad se encuentran cuatro denominaciones de origen –tres en la provincia homónima (D.O. Calatayud, D.O. Campo de Borja y D.O. Cariñena) y una en la provincia de Huesca (D.O. Somontano)– que ponen sobre la mesa vinos de excelente calidad.
Por supuesto, a todo ello hay que añadir la riqueza de un elemento gastronómico que tiene un gran arraigo y tradición en Zaragoza: la tapa. La ciudad puede presumir de un completo plantel de cafés, bares y tabernas especialistas en el arte de comer de pie, una sana costumbre muy practicada por los zaragozanos en los numerosos establecimientos que llenan sus barras de coloridas y cuidadas propuestas de alta cocina en miniatura.
En definitiva, Zaragoza ofrece todo tipo de propuestas para disfrutar de unos días llenos de arte, cultura y la mejor gastronomía.
Fuente: Zaragoza Turismo