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Desde disfrutar de un clásico del cine hasta sumergirse en la lectura de un buen libro o degustar un exquisito plato de receta burgalesa, existen muchas formas de viajar a la provincia de Burgos sin salir de casa.
La provincia de Burgos aúna un fascinante patrimonio cultural y una increíble naturaleza, escenarios que a menudo han aparecido en numerosas películas españolas e internacionales, y que han inspirado a autores de distinta índole para crear y contar historias inolvidables. Burgos es también un lugar de grandes tradiciones y, por supuesto, de una exquisita gastronomía. En cualquier caso, estas tres características nos ofrecen una buena excusa para comenzar a descubrir los tesoros del territorio burgalés sin que haga falta salir de casa.
1. La provincia de Burgos, un plató de cine con vida propia
Quizá cueste imaginar a Clint Eastwood jugando al billar en una taberna de Covarrubias, en la ribera del Arlanza, pero así sucedió. El hoy célebre cineasta norteamericano se trasladó a Burgos junto a sus compañeros de reparto, Lee Van Cleef y Eli Walach, para retarse a muerte en la famosa secuencia del cementerio de Sad Hill, un escenario insólito que se construyó en Santo Domingo de Silos para “El bueno, el feo y el malo” (1966), uno de los grandes clásicos del director, productor y guionista italiano Sergio Leone. Pero esta no es la única localización burgalesa que ha aparecido en la gran pantalla.
También en el ámbito internacional destacan producciones como “El Cid” (1961), de Anthony Mann, con Charlton Heston como Rodrigo Díaz de Vivar y la mítica Sofía Loren como Doña Jimena, o “Las Petroleras” (1971), dirigida por Christian-Jaque, quien fue capaz de reunir a dos de las más grandes figuras femeninas del cine del momento, Brigitte Bardot y Claudia Cardinale, para un rodaje que tuvo lugar entre las localidades de Cabezón de la Sierra y Rabanera del Pinar.
El aclamado director y guionista Vicente Aranda, enamorado de la Catedral de Burgos, convirtió a este célebre templo en localización habitual de su filmografía. El gran edificio gótico aparece en películas como “Amantes” (1991), “Juana La Loca” (2001) y “Luna caliente” (2009). Otros títulos de producción española que cuentan con la provincia de Burgos como escenario son “El disputado voto del señor Cayo” (1986), de Antonio Giménez-Rico; “El abuelo” (1998), de José Luis Garci; o “The Way” (2010), dirigida por Emilio Estévez.
2. Burgos a través del paladar
Los sabores y aromas también son capaces de trasladar al comensal a otros lugares de forma inmediata. De la morcilla y el queso de Burgos a la sopa castellana, la olla podrida o el lechazo asado, muchos son los platos que nos permiten realizar un auténtico viaje por tierras burgalesas, bocado a bocado.
• Morcilla de Burgos.- Emblema de la gastronomía de la zona, la morcilla de Burgos es de arroz, e incorpora, además, cebolla, manteca de cerdo, sal y especias. Es un plato en sí mismo, pero también puede acompañar a otros, desde el cocido hasta los callos o el arroz al horno.
• Olla podrida.- Considerada como el origen de todos los pucheros, la olla podrida es un plato del que se tienen referencias literarias que nos llevan a la España del Siglo de Oro. Cervantes y Lope de Vega ya mencionaron en sus obras este plato que hoy, en la provincia de Burgos, tiene como protagonistas a las alubias rojas de Ibeas de Juarros. Incorpora también toda clase de carnes servidas aparte, desde panceta y costillas de cerdo hasta chorizo y morcilla de Burgos, entre muchos otros ingredientes.
• Lechazo asado.- Lo asados se han mantenido como una auténtica tradición en la provincia de Burgos, especialmente conocida por el lechazo al estilo de Aranda. Se trata de un asado de carne de cordero lechal que, untada con manteca de cerdo y rociada con sal, añadiendo un poco de agua y medio limón aplastado, da lugar, tras hacerse bien en el recipiente de barro al horno de leña, a una experiencia gastronómica fuera de serie.
• Sopa castellana.- Muy propia de los tiempos de frío, esta sopa es un plato clásico del recetario tradicional; una receta sencilla y sabrosa que se ha extendido prácticamente a la totalidad de la geografía burgalesa, y más allá. Sus ingredientes principales son pan, ajo, huevos, tacos de jamón y pimentón, y resulta un caldo reconfortante y sabroso, idóneo, sobre todo, durante el otoño y el invierno.
• El postre del abuelo.- Sin duda, este es uno de los postres más tradicionales de estas tierras y se puede encontrar muy a menudo en las cartas de los restaurantes de la provincia. El postre del abuelo consiste en la combinación de queso de Burgos –una de las variedades de queso más consumidas a nivel nacional, elaborado con queso de oveja, de vaca o ambas– junto con miel, membrillo y nueces. Repostería conventual, leche frita, torrijas con miel y chocolate… una provincia deliciosamente dulce.
3. La herencia literaria de una tierra de cultura
Por supuesto, una de las mejores formas de descubrir la provincia de Burgos es a través de la lectura. Y es que son numerosas las referencias literarias que tienen en tierras burgalesas su escenario. Tal es el caso de “Inquietud en el paraíso”, de Óscar Esquivias, una historia ambientada en el verano de 1936, cuando, durante una conferencia, el ponente asegura a los asistentes de la misma en el Salón del Recreo del Teatro Principal de Burgos que Dante visitó el Purgatorio en vida para escribir la “Divina Comedia”. A raíz de ello, el conferenciante dirige una expedición por este territorio del Más Allá.
La novela de Rafael Sánchez-Grande Moreno, “El árbol solitario del páramo”, también está ambientada en Burgos, concretamente en las húmedas y misteriosas tierras parameras del norte de la provincia. Esta historia narra la vida de un joven escritor madrileño que, en plena crisis de creatividad, viaja hasta una remota aldea del norte burgalés en busca de reposo, pero una vez allí su descanso es interrumpido por extraños acontecimientos.
Otro ejemplo: “Ecos de Bardulia: el brazalete dorado”, novela histórica escrita por Juan R. Moya que traslada al lector al año 791, cuando el emir andalusí Hisham inicia una prolongada serie de expediciones militares hacia el norte para contener la expansión del reino astur.
Y con los yacimientos de Atapuerca como escenario principal, “La huella del mal” es un thriller policiaco, firmado por el escritor y guionista Manuel Ríos San Martín, que gira en torno a un misterioso asesinato que tiene lugar en las inmediaciones del sitio arqueológico.
En cualquier caso, estos días de confinamiento, descubre todo el encanto de la provincia de Burgos a través del cine, la literatura y la gastronomía. Sin duda, se trata de una manera perfecta de ir preparando esa tan esperada escapada que, una vez superada la crisis sanitaria actual, te llevará a descubrir Burgos, su invaluable patrimonio artístico y cultural, su exuberante naturaleza, su rica gastronomía y su inagotable hospitalidad.
Fuente: Promotourist