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Sudáfrica es el sueño de cualquier foodie: su diversidad gastronómica es el reflejo de la variedad de paisajes, colores y distintas influencias culturales que caracterizan al país. En este sentido, sobre las profundas raíces de su gastronomía tradicional, Sudáfrica está desarrollando una cultura gastronómica contemporánea que, por supuesto, no tiene desperdicio.
Dentro de este nuevo universo gastronómico, Johannesburgo, la gran metrópoli sudafricana, se caracteriza por su cocina a fuego abierto, y cuenta con restaurantes especializados en carnes como Marble, en el barrio de Sandton, y lugares de corte más hípster, como Che, en Maboneng. Además, para los amantes del lujo, el restaurante View del Four Seasons Hotel elabora sus platos con una variedad de ingredientes de temporada y sabores locales que incluyen hierbas y verduras cultivadas en el propio hotel. En todo caso, la ciudad es un inabarcable mosaico de posibilidades gastronómicas, con opciones para todos los gustos y presupuestos.
El mítico barrio de Soweto alberga tesoros escondidos, pequeños restaurantes y bares de vinos con un ambiente único, como el The Wine Bar, situado en una de las calles más famosas de Sudáfrica, la calle Vilakazi –donde se encuentran las casa de Nelson Mandela y del Arzobispo Desmond Tutu–; el restaurante que dispone de un amplio menú que fusiona de cocina africana e internacional, así como los mejores vinos de la zona. En la misma calle, el Restaurante Vilakazi ofrece platos locales y mediterráneos. Además el Restaurante Roots, uno de los más sabrosos, contiene una galería que exhibe piezas de arte locales y africanas.
En Pretoria, la capital administrativa de Sudáfrica, destaca el Heritage Lifestyle Restaurant, cuyo lema es “sabor africano con estilo”, dedicado a aquellos que desean probar un menú ideado con un enfoque tradicional sudafricano. Los platos principales –servidos con opciones de pap, umngqusho, albóndigas, arroz salado o puré de patata– incluyen estofado de carne al vino tinto, mogodu (tripas), patas de cerdo (tlhakwana) o pollo con mantequilla al curry. Su lista de vinos incluye algunas de las mejores bodegas de Sudáfrica, así como sus exclusivos champanes.
También en la capital, el Black Bamboo, del elogiado head chef Pellie Grobler, nunca repite un plato. Los menús están bien equilibrados y delicadamente aromatizados, y sus primeros platos van desde pescado encurtido al curry del Cabo hasta zanahorias saladas y vieiras a la cazuela de kingklip con gambas tigre, o lomo de primavera con garbanzos y una croqueta de médula ósea.
Una comida de la chef Chantel Dartnall –votada como mejor chef del año en Sudáfrica– en el Restaurante Mosaic del Hotel Orient, ubicado en el Crocodile River Valley a las afueras de Pretoria, no se puede duplicar fácilmente. Espárrago helado rodeado de calabacín, mousse de judías fava, vieiras bañadas en caldo marítimo y rábanos en vinagre, son algunas de las delicatesen. Y para terminar ofrecen el Recipie for Romance, un tazón de harina, cubitos de mantequilla, chocolate y una yema de huevo.
En Ciudad del Cabo destaca The Stack, donde disfrutar de los diferentes sabores de su deliciosa comida y bebida en el elegante restaurante de dos plantas ubicado en una antigua casona conocida como Leinster Hall. Del mismo modo, el galardonado Luke Dale-Roberts ha abierto recientemente el Short Market Club, un lugar muy elegante donde la comida es la verdadera protagonista. Otro restaurante de renombre que ofrece exquisitos platos es el Restaurante Obi. El reconocido chef Hatsushiro Muraoka, cariñosamente conocido como Papa San, ha unido fuerzas con el chef Ben Bettendorf para abrir este nuevo restaurante japonés en Ciudad del Cabo que prepara sushi, tempura y ramen (la última tendencia gastronómica).
También en Ciudad del Cabo, en el Hotel Ritz, se encuentra el restaurante giratorio Top of The Ritz que ubicado en el piso 23 ofrece unas vistas increíbles del horizonte de la ciudad. El menú del restaurante, titulado “Un viaje de sabores por Ciudad del Cabo”, concebido por el chef Adrian Cook y el chef Maveer Thulsie, es el resultado de un homenaje a las tradiciones y al sabor culinario local de la ciudad.
Restaurantes tradicionales, nuevas propuestas gastronómicas, mercadillos, festivales gastronómicos, viñedos y propuestas enoturísticas de primer nivel… En cualquier caso, Sudáfrica ofrece un conjunto de experiencias gastronómicas que, junto a su exuberante naturaleza y su enorme riqueza cultural, lo convierten, si cabe, en destino todavía más atractivo.
Fuente: The Blueroom Project