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Los municipios que forman parte de la asociación Los Pueblos más Bonitos de España son lugares únicos, auténticos, llenos de tradición… Su patrimonio cultural, arquitectónico y natural es realmente invaluable y, sobre todo, diverso: cada pueblo cuenta con su propio estilo e identidad. Y el encanto de cada pueblo también pasa por su gastronomía, una cocina auténtica, con ingredientes autóctonos, que refleja, en cada bocado, la particular historia del municipio.
En este sentido, los platos típicos de invierno, cada uno con personalidad propia, son la especialidad de muchos pueblos; un delicioso tesoro gastronómico para hacer frente al frío de la mejor manera posible: en torno a la mesa. Sirvan de ejemplo estas 7 maravillosas propuestas:
1. Las sopas de ajo ‘tostao’ de Bubión (Granada)
Las sopas de ajo son un plato saciante, caliente y lleno de vitaminas, perfecto para “calentar el estómago”. En Bubión, un pueblo blanco situado en plena Alpujarra, muy próximo a otros dos municipios de la asociación: Pampaneira y Campaneira, estas tradicionales sopas las hacen de una forma muy particular. Además de ajo (tostado, naturalmente), llevan cebolla, almendras, tomate y jamón. Toda una delicia invernal que puede acompañarse con vino de las bodegas de la Contraviesa y ser secundado por la variada repostería de la zona: borrachillos, papaviejos, soplillos, pan de higo o buñuelos.
2. Las patatas volteás de Candelario (Salamanca)
Sus patatas volteás son un plato típico de toda la zona salmantina que acoge al bello pueblo de Candelario. Sin embargo, aunque no podemos pasar por alto estas tradicionales patatas con torreznos, cebolla y pimentón ahumado, también son típicas las empanadas de setas de la zona o sus muchos embutidos de cerdo, cuyo sabor inconfundible se obtiene, según los locales, al secarse con el frío serrano de Candelario, ubicada a 1136 metros sobre el nivel del mar.
3. Judías con morro de Puertomingalvo (Teruel)
Enclavado en un bello entorno natural, Puertomingalvo es un precioso pueblo, rico en tradiciones y gastronomía. Su clima húmedo hace posible el nacimiento de setas de muy diferentes variedades en muchas épocas del año. Por ello, uno de sus platos típicos es el revuelto de rebollones, colmenillas o setas de chopo. También destacan sus trufas y sus tradicionales judías con morro, muy consumidas por los patudos (así se llama a los 135 habitantes que viven en este hermoso enclave) durante la época invernal.
4. El gofio de Betancuria (Fuerteventura)
No solamente en los lugares más fríos de España se cocinan riquísimos platos de invierno. Los pueblos canarios de la red –Betancuria, en Fuerteventura; Tejeda, en Las Palmas; Teguise, en Lanzarote; Agulo, en La Gomera y Garrachico, en Tenerife (estos dos últimos incorporados en 2021)– también hacen gala de su gastronomía. Quizá uno de los platos más tradicionales en esta época (aunque se come todo el año) es el gofio, servido con caldo, leche, agua, vino o miel, entre muchas otras preparaciones. Esta harina de cereales tostados se hacía con trigo o cebada hasta que los colonizadores trajeron de América el maíz (el millo), uno de los sustentos de la gastronomía en las islas.
5. La butifarra con fèsols de Beget (Girona)
Beget, en Girona, recién incorporado a la Asociación, es a menudo definido como un pueblo medieval “de postal”. Además, en su gastronomía tradicional de montaña, única y llena de matices, no faltan los quesos y la carne de ternera y cordero. En ella se pueden encontrar muchas recetas con la butifarra como protagonista, o la longaniza, acompañadas de pan de payés con tomate o con queso de oveja. Un ejemplo sencillo es la butifarra con judías blancas, uno de sus platos más típicos: judías salteadas con ajo y perejil, con una tacita de cava para suavizar el sabor de las judías, llamadas fèsols en la zona.
6. Los buchos o el pote de berzas de Cudillero (Asturias)
Este pueblo de mar es uno de los municipios más piropeados de la zona por su belleza y por seguir conservando ese espíritu de pueblo de pescadores que tanto enamora. Esta villa marinera de casitas de colores, que también se incorporó a la red de Los Pueblos más Bonitos de España en 2021, ofrece muchos platos típicos basados (naturalmente) en productos del mar. Ejemplo de ello son sus fabes con almejas o el curadillo, un pescado que se seca al viento marino, sin salazón o especias. Tampoco faltan los buchos, unos callos de merluza algo picantes, servidos con cebolla, ajo y pimiento, y, desde luego, el tradicional pote de berzas asturiano, un plato también muy característico de este pueblo y de aquellos que lo rodean.
7. Las migas con vino de pitarra de Robledillo de Gata (Extremadura)
Este pueblo extremeño debe su nombre a la privilegiada ubicación en la que se encuentra: la Sierra de Gata. Es un municipio de color ocre, debido al adobe de sus casas, rodeado de olivos, castaños y alcornoques, en el que se consume un excepcional aceite de oliva virgen extra, de manzanilla cacereña. En invierno se comen especialmente las migas extremeñas, que no necesitan más que pan viejo, ajo, pimiento rojo y seis cucharaditas de aceite de oliva, mejor si es de la zona. En el caso de Robledillo, es tradicional acompañarlas con vino de pitarra y aguardientes.
En todo caso, la asociación Los Pueblos más Bonitos de España, que ya cuenta con 104 localidades únicas, invita a descubrir, y saborear, el mundo los maravillosos pueblos que salpican la geografía española, lugares de gran belleza y personalidad que destilan historia y cultura a la par, villas marcadas por la tradición que el viajero puede disfrutar al recorrer sus caminos y mezclarse con los lugareños.
Fuente: DM Dima