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Patrimonio, naturaleza, cultura y vino, la Ruta del Vino Ribera del Duero alberga en su territorio un conjunto de tesoros que la convierten en uno de los destinos turísticos más singulares de Castilla y León. Un auténtico paraíso de interior que invita a desconectar, a disfrutar en pareja, familia o amigos, y a vivir un conjunto de experiencias realmente fuera de serie.
Por supuesto, la Ribera del Duero es un territorio conocido por muchos, una de las piezas clave de la oferta enoturística de España, pero no por ello deja de ser un enorme conjunto de posibilidades. Y es precisamente por ello que la Ruta del Vino Ribera del Duero ha elaborado una selección de las 5 curiosidades más desconocidas de la zona, detalles únicos que hacen de la segunda ruta del vino más visitada de España un destino que no se puede dejar de visitar este verano.
1. Ocho Conjunto Histórico, tres pueblos “mágicos” y uno de “los más bonitos de España”
Los pueblos que conforman la Ribera del Duero cuentan con un gran patrimonio artístico y cultural, atesorado a lo largo de siglos, y a través de esta Ruta del Vino se pueden visitar 8 lugares que, en particular, han sido declarados Conjuntos Históricos por su valor excepcional: Gumiel de Izán (Burgos), Haza (Burgos), Langa de Duero (Soria), Peñafiel (Valladolid), Peñaranda de Duero (Burgos), Rejas de San Esteban (Soria), San Esteban de Gormaz (Soria) y Vadocondes (Burgos).
Por su parte, Peñaranda de Duero, Peñafiel y San Esteban de Gormaz también forman parte de la red de Pueblos Mágicos de España, una iniciativa impulsada por el Instituto de Desarrollo Local y Estudios Sociales IDL en la que se destaca el carácter único de los pueblos por su gastronomía, sus tradiciones o su historia, entre otros motivos.
Además, en la Ribera también se encuentra uno de Los Pueblos Más Bonitos de España: Caleruega, en Burgos. Esta asociación reúne zonas rurales y pequeños municipios del país que cumplan una serie de requisitos (como una población inferior a 15.000 habitantes o poseer un patrimonio arquitectónico o natural certificado), subrayando el inagotable encanto de cada uno de ellos.
2. Un Parque Natural con viñedos incluido, en el mayor refugio de aves rapaces de Europa
Al nordeste de la provincia de Segovia, muy próximo a las provincias de Burgos y Soria, se encuentra el Parque Natural Hoces del Río Riaza, un enclave único para disfrutar de pequeños pueblos que todavía conservan su patrimonio rural y, sobre todo, de la exuberante naturaleza dentro de la Ruta del Vino Ribera del Duero.
Los visitantes de este maravilloso entorno natural pueden realizar, entre otras actividades, recorridos por seis sendas diferentes, señalizadas y homologadas, que invitan a descubrir la belleza del propio Parque; así como visitar la Casa del Parque, el centro de recepción de visitantes de este impresionante paraje natural. Además, en las Hoces del Río Riaza se encuentra el Refugio de Montejo de la Vega, el mayor refugio de aves rapaces de Europa, concretamente de buitres leonados: alrededor de unos 1.300 ejemplares viven en este entorno tantas veces señalado por Félix Rodríguez de la Fuente.
Pero uno de los mayores secretos que esconde este mágico lugar es la presencia de viñedos dentro del propio Parque Natural, convirtiendo a la Ribera del Duero una de las pocas Denominaciones de Origen del país que cuenta con productores de vinos dentro de un entorno natural protegido de estas características.
3. La bodega más antigua de la Ribera del Duero
A las afueras de Caleruega (Burgos), en el despoblado San Martín de Bañuelos, se encuentra la bodega más antigua de la Ribera del Duero. El primer documento referido al enclave data de 1179, cuando perteneció al Rey Alfonso VIII, aunque podría ser anterior, ya que en la zona pudo existir una villa romana.
De la bodega se conservan tres paredes y una pila tallada en piedra provista de una canilla. La cava, a la que se accede a través de una rampa, consta de una nave de 25 metros de longitud y una zarcera de 12 metros. En las galerías se pueden apreciar los cabañones que albergan las cubas rematados por arcos de medio punto.
4. Más de 20 kilómetros de sendero a orillas del río Duero
La Ribera del Duero discurre suavemente entre páramos, colinas y valles, siempre acompañados por el río Duero como incansable guía de viaje. Precisamente, en sus orillas se encuentra una buena alternativa para disfrutar de la Ruta del Vino: la Senda del Duero G-14.
La Senda del Duero cuenta con más de 750 kilómetros de recorrido, desde el nacimiento del río, en la Sierra de Urbión, hasta el muelle fluvial de Vega de Terrón, en la provincia de Salamanca, donde el río cruza la frontera y se adentra en Portugal. De este largo trayecto, que se divide en 42 etapas, de diferente longitud, 6 itinerarios distintos discurren por el territorio de la Ruta del Vino Ribera del Duero. En este recorrido, de unos 23,9 kilómetros, se puede disfrutar de lugares como el Castillo de Peñafiel, el Castillo de Curiel o muchas de las villas medievales que salpican el territorio.
5. Una ruta dentro de la Ruta: “el pueblo de las cien fuentes”
En la provincia de Soria se encuentra Alcubilla de Avellaneda, “el pueblo de las cien fuentes”, una singular localidad que invita a recorrer su curiosa ruta, de unos 13 kilómetros de largo, que incluye actualmente 18 fuentes señalizadas y restauradas, de entre las más de 100 que hay en el término. Durante el recorrido también es posible observar animales silvestres, como corzos, jabalíes o zorros, o distintas especies de aves.
En definitiva, la Ruta del Vino Ribera del Duero ofrece un auténtico viaje de descubrimiento a través de las cuatro provincias castellanoleonesas que engloba la Denominación de Origen homónima, Burgos, Segovia, Soria y Valladolid. Más de 21.000 hectáreas de viñedo, casi un centenar de pueblos, bodegas, alojamientos singulares, restaurantes, museos y centros de interpretación, comercios… y un sinnúmero de secretos que hace de este destino un lugar único.
Fuente: MARCO