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Rajasthan, el estado más grande de los 29 que componen la República de la India, es un destino que de esos que quita el aliento. En su territorio se hunden las raíces de la civilización del valle del Indo, una de las más antiguas de las que se tiene registro. Pero no sólo eso. En Rajasthan se resume, de cierta manera, todo el encanto de la India, desde su abrumadora naturaleza hasta la riqueza cultural de sus tradiciones y la hospitalidad de su gente. Un lugar mágico que, por supuesto, no tiene desperdicio.
No es casualidad que este inmenso territorio, situado al noroeste del país, haya recibido cerca de 100.000 visitantes españoles durante 2017 (un 20% más que en 2016); tampoco lo es que Turismo de Rajasthan haya estado presente con un stand propio en FITUR 2018, buscando aprovechar la buena racha para aumentar ese número de españoles dispuestos a descubrir los innumerables atractivos del estado indio.
Como destino turístico, Rajasthan cuenta con increíbles maravillas arquitectónicas y patrimoniales, desde sus impresionantes fuertes –declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO– hasta sus templos y santuarios, como el de Dilwara o el de Akshardham; con una rica cultura llena de vibrantes y coloridas tradiciones, así como una variedad de paisajes singulares –desde el gran desierto indio de Thar hasta la exuberante biodiversidad de las montañas de Aravalli– poblados por una espectacular vida silvestre protegida en santuarios naturales y parques nacionales, como el legendario Parque Nacional de Ranthambore, famoso tanto por su impresionante fuerte como por su población de tigres, entre muchas otras posibilidades. En conjunto, se trata de un vasto territorio que ofrece múltiples opciones para todos sus visitantes.
La capital del estado, Jaipur, es conocida como la “Ciudad Rosa” –debido al color de sus edificios, que representa la hospitalidad– y combina las huellas de su fascinante historia antigua con la efervescencia de una metrópolis moderna. La ciudad, junto con Nueva Delhi y Agra, conforman el famoso circuito turístico denominado el “Triángulo de Oro de la India”, un itinerario que muestra todo el encanto de la India, desde su vibrante actualidad hasta su invaluable patrimonio histórico y cultural. Más allá, destinos como Dausa, Udaipur, Ajmer, Alwar, Bharatpur, Pushkar y Jodhpur, entre muchísimos otros, ofrecen un enorme mosaico de atractivos y experiencias que hacen de Rajasthan un conjunto tan diverso como atractivo.
Alojamientos patrimoniales, una experiencia inolvidable
Rajasthan es, sin duda, un enorme tesoro histórico y cultural. Y en este sentido, el estado indio es mundialmente conocido por sus numerosas fortalezas, palacios y “havelis” –un tipo de mansión– que en términos de alojamiento ofrecen a los turistas una experiencia inolvidable.
Estos hoteles patrimoniales y residencias de lujo hacen sentir al viajero como un auténtico Maharajá durante sus vacaciones: montar en elefante en el gran patio, cenar en una magnífica sala de Durbar, contemplar las danzas tradicionales de Rajasthan, dormir en lujosas habitaciones…
De acuerdo con el creciente número de turistas internacionales que optan por hoteles y alojamientos de este tipo, desde 2015 Turismo de Rajasthan ha decidido implementar políticas de conversión de edificios antiguos en hoteles con encanto como productos turísticos de interés. Esta iniciativa tiene como objetivo crear nuevas experiencias para los turistas y participar como institución en la conservación de estas construcciones históricas (fortalezas, palacios, castillos o residencias de gran patrimonio) erigidas antes de 1950.
Desde el alojamiento hasta la gastronomía, pasando por el patrimonio monumental y la riqueza cultural, Rajasthan es, en cualquier caso, uno de esos lugares que hay que explorar por lo menos una vez en la vida.
Fuente: Idealmedia