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Japón conserva auténticas maravillas históricas, como los antiguos asentamientos de la cultura Jōmon, que se desarrolló desde el final de la última Edad de Hielo, hace 16.000 años, hasta el año 300 a.C. En cadenas montañosas y llanuras costeras del norte de la región de Tohoku y del sur de la isla de Hokkaido pueden visitarse restos de este tipo, incluyendo los 17 de ellos que han sido declarados recientemente Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Mientras en el resto del mundo los humanos llevaban una vida sedentaria centrada en el cultivo de la tierra, en ciertas zonas de Japón la vida de su gente dependía de la caza, pesca y recolección, al tiempo que estaban unidos por una espiritualidad común, esto es lo que se conoce como cultura Jōmon. Un nombre que significa “decoración con cuerdas”, referencia a los patrones que se dibujaban en la cerámica de la época, considerada la más antigua del mundo. Además de dominar el lacado y la cestería, este pueblo trabajaba la arcilla para crear recipientes de diversas formas que les permitían hervir agua y almacenar alimentos. De esta forma lograron ampliar su dieta gracias a que podían, por ejemplo, hervir plantas para eliminar el sabor amargo.
Hombre y naturaleza: una conexión milenaria
Además, la compleja espiritualidad de la cultura Jōmon queda patente tanto en sus conjuntos megalíticos, como en otros sitios de rituales, como tumbas y los objetos encontrados en ellas, que ponen de manifiesto una sociedad estratificada. Muchos de estos conjuntos funerarios se construyeron entre la vegetación y rodeados de suaves pendientes, lo que ha hecho considerar que se trate de la primera inspiración del sintoísmo, religión animista oriunda de Japón, que cree en una profunda conexión entre el hombre y la naturaleza.
En todo caso, en 20021, la UNESCO ha distinguido como Patrimonio Mundial a 17 de estos yacimientos de la cultura Jōmon de Japón, lugares de singular relevancia donde se pueden observar los restos arqueológicos de esta singular cultura prehistórica, incluyendo antiguos asentamientos, viviendas reconstruidas y conjuntos funerarios que atestiguan la aparición, el desarrollo, la madurez y la adaptabilidad a los cambios medioambientales de una sociedad sedentaria de cazadores-pescadores-recolectores que se desarrolló hace miles de años. Los 5 que se detallan a continuación son los más importantes:
Asentamiento de Ofune, Hokkaido
Situado frente al océano Pacífico, el yacimiento de Ofune, en la norteña isla de Hokkaido, está datado en la última mitad del periodo Medio Jōmon (aproximadamente 3.200-2.000 a.C) y compuesto por los restos arqueológicos de más de 100 viviendas, un gran montículo de tierra y más de 100 tumbas. Se cree que la vida en Ofune prosperó de forma continuada durante 1.000 años y la zona posee una estructura similar a los asentamientos descubiertos en el norte de la región de Tohoku, en la isla principal de Japón. Además, se han encontrado enormes cantidades de ollas, herramientas de piedra y tierra quemada, lo que sugiere la realización de rituales y ceremonias. Así como huesos de mamíferos marinos (ballenas, lobos marinos, etc.), de pescado (atún, salmón, etc.) y conchas (de ostras, etc.), lo que indica que la gente practicaba la pesca y utilizaba los recursos forestales de manera muy activa.
Asentamiento de Goshono, Iwate
Situado a la orilla del río Mabechi, al norte de la prefectura de Iwate, el asentamiento de Goshono tiene su origen en la última mitad del periodo Medio Jōmon (2.500 y 2.000 a.C). El lugar cuenta con más de 800 viviendas en foso distribuidas en una meseta de 75.000m². En el centro del yacimiento se encontraba un cementerio con arreglos de piedra, rodeado de estructuras para viviendas y montículos de tierra relacionadas con los rituales. Además, el museo de sitio, que fue diseñado a partir de los edificios con techos de adobe del propio yacimiento, ha ganado varios premios y tiene un piso de vidrio bajo el cual se puede ver una vivienda de hace 4000 años. Del mismo modo, en Goshono se han descubierto pruebas que demuestran los asentamientos humanos estables y de larga duración, y el uso de la tierra en armonía con el entorno natural.
Yacimiento de Kakinoshima, Hokkaido
Con más de 6.000 años de historia, el yacimiento de Kakinoshima, también en Hokkaido, es el lugar donde se descubrieron los primeros productos de laca del mundo, localizados en una fosa que data de la primera mitad del periodo Inicial Jōmon, cuando esta cultura comenzó a vivir en asentamientos más estables. En el yacimiento, el área residencial se encuentra separada del área de enterramientos, lo que indica una distinción entre el espacio cotidiano y el espacio especial o espiritual. Además, se cree que la pesca se practicaba activamente, ya que aquí se han desenterrado numerosas plomadas de piedra para redes de pesca. En este lugar también se han hallado ajuares funerarios con objetos de arcilla –incluyendo unas tablillas impresas con huellas de niños que se utilizaron como bienes funerarios– y artículos de cerámica, dejando patente la madurez del pueblo que dio lugar a este yacimiento y su rica cultura espiritual.
Yacimiento de Sannai Maruyama, Aomori
El Yacimiento de Sannai Maruyama, en la prefectura de Aomori (Tohoku), es el mayor asentamiento y uno de los mejor conservados de todo Japón. Desenterrado por accidente durante una prospección para la construcción de un campo de béisbol, el yacimiento albergó más de 700 estructuras, incluyendo viviendas, almacenes, caminos y fosas para deshechos y enterramientos. Una vez estudiado el yacimiento, se volvió a soterrar y se realizó una recreación sobre el mismo. Hoy en día, los visitantes pueden entrar en las instalaciones, contemplar los lugares de excavación original y participar en distintas actividades. Como participar en talleres de manualidades, probarse ropa de estilo Jōmon o utilizar algunas herramientas de este periodo para conocer cómo trabajaba la gente de antaño. Además, se puede degustar la comida del pueblo de Sannai Maruyama en el restaurante local.
Los Círculos Megalíticos de Oyu, Akita
También en Tohoku se encuentran los Círculos Megalíticos de Oyu, concretamente en la prefectura de Akita. Este asentamiento continúa intrigando a los historiadores hoy en día ya que, como la gran mayoría de los conjuntos megalíticos de Japón, ocupa una zona amplia. Pero a diferencia de los demás, las piedras de éste tienen una altura muy baja, por lo que en invierno quedan totalmente ocultos por la nieve. Estos dos círculos de piedra de más de 4.000 años de antigüedad están formados por un pilar central con piedra planas que irradian desde el centro para formar grandes patrones circulares de relojes de sol que, vistos desde arriba, parecen mosaicos. Esto sugiere que el lugar fue escenario de acontecimientos astronómicos, mientras que para otros tiene como significado un lugar de culto.
En cualquier caso, la cultura Jōmon y sus destacados yacimientos invitan a descubrir y disfrutar del incomparable patrimonio histórico de Japón. Un conjunto de tesoros que, desde luego, no tiene desperdicio.
Fuente: Comunicación Iberoamericana