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El Museo Mohammed VI de Arte Moderno y Contemporáneo de Rabat presenta ‘Face à Picasso’, la primera exposición marroquí dedicada al gran maestro del siglo XX. Con más de un centenar de obras –pinturas, esculturas, cerámicas, fotografías, dibujos y grabados– procedentes de las colecciones del Museo Picasso-París, la exposición se centra en el tema del artista y su modelo, un leitmotiv en la iconografía de Picasso. El itinerario artístico, que se desarrolla en once secciones crono-temáticas, es ante todo un panorama multidisciplinar de la obra de Picasso; su aproximación en cuanto a estilo y técnica se pone de relieve a través de la cuestión del “modelo”, un tema fundamental continuamente explorado por el artista, a lo largo de su vida, e implicado en todas sus metamorfosis creativas.
Desde los primeros años de Picasso hasta sus últimos autorretratos, ‘Face à Picasso’ ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la noción y el concepto secular del “modelo”. En ocasiones, el gran pintor malagueño la usa como pretexto para su arte: si la familia y los amigos íntimos son retratados en sus primeros trabajos, en su juventud, el artista manifiesta gran interés por el rostro humano, que ha permanecido como sujeto de todas sus experimentaciones con la forma. Su trabajo preliminar sobre Les Demoiselles d’Avignon (1907, Museo de Arte Moderno, Nueva York) –del cual la exposición ofrece algunos estudios preparatorios– combinado con su intento de elaborar el cubismo como un nuevo lenguaje en el arte plástico, son definitivamente parte de su cuestionamiento sobre el cuerpo humano y sus representaciones.
Con el tema recurrente del artista y su modelo, Picasso comienza a estudiar las tradiciones iconográficas centenarias para reinventarlas. En ‘Face à Picasso’, diversos maestros anteriores también se convierten en modelos y fuentes inagotables de inspiración, como lo demuestra la serie de Le Déjeuner sur l’herbe de Manet. En un sentido más amplio, al tema de la musa, que puede ser a la vez la modelo o la amada, se le da una amplitud sin precedentes en la obra del malagueño, como se muestra en la serie Suite Vollard o más tarde en la Suite 347. Conjuntos como las fotografías de Dora Maar permiten vislumbrar las vidas ocultas detrás de los retratos del maestro. Así, el modelo se define por su papel esencial como socio activo vitalmente involucrado en los procesos artísticos creativos de este singular artista.
Por último, un diálogo interactivo entre el modelo y el artista conduce a la impresión de la propia visión del maestro sobre su expresión artística. La prevalencia del tema –algunos historiadores del arte lo han llamado incluso un “género” en sí mismo– resuena, de hecho, en la obsesión primaria de Picasso: el acto creativo del artista; incorporado tanto en el tema recurrente de su taller como en el abrumador número de autorretratos manifiestos o disfrazados que abundan en su dibujos y pinturas.
Desvelando numerosas obras de arte que se han convertido en iconos, como La Fillette aux pieds nus (1895), La Femme aux mains jointes (1907), La Lecture (1932) La Cuisine (1948), La Femme enceinte (1959) o Le Jeune Peintre (1972), los aspectos seriales y multidisciplinarios de la producción de Picasso han sido cuestionados. Esto es atestiguado por el tema repetitivo de las mujeres en un sillón, que es un motivo dominante retratado a lo largo de la exposición: de retratos solemnemente pintados a un gran número de grabados y dibujos, las invenciones del genio malagueño expresan la libertad absoluta.
Esta exposición, organizada por la Fundación Nacional de Museos Marroquíes con el inestimable apoyo del Museo Nacional Picasso-París, es una clara confirmación de la excepcional agenda cultural de la capital de Marruecos y, por supuesto, de la relevancia de sus instituciones culturales, como el propio Museo Mohammed VI de Arte Moderno y Contemporáneo. ‘Face à Picasso’ estará abierta al público hasta el próximo 31 de julio, y la entrada es libre (gratuita) hasta el 31 de mayo.