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Como cada año, la lluvia de estrellas de las Perseidas –también conocidas como “Lágrimas de San Lorenzo”– muestra su pico de actividad a mediados de agosto. En esta ocasión, su actividad ha comenzado a producirse el pasado 17 de julio, pero el máximo se espera a la 01:00 UT del 13 de agosto, por lo que, en Europa, las noches sin Luna del 11 al 12 y del 12 al 13 de agosto serán los mejores momentos para la observación de este popular fenómeno astronómico, que concluirá el 24 de agosto. Y, por supuesto, la isla canaria de La Palma volverá a ser un escenarios privilegiado para disfrutar de este excepcional espectáculo celeste.
En este sentido, la isla de La Palma posee unas características medioambientales únicas que le han servido para ser reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. Más de la mitad de su territorio cuenta con algún tipo de protección ambiental, cuyo máximo exponente es el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. En su cota más alta, a unos 2.400m.s.n.m., se encuentra el Observatorio del Roque de Los Muchachos, por encima del llamado “mar de nubes”, donde existe una atmósfera limpia, sin turbulencias y estabilizada por el océano. De ahí que se le considere uno de los mejores lugares en el mundo para la observación del cielo.
Además, con el objetivo de evitar un exceso de contaminación lumínica, la isla se ha protegido por ley, siendo la primera Reserva Starlight del mundo, y habiendo recibido el reconocimiento en 2012 como Destino Turístico Starlight. En definitiva, La Palma es un lugar inigualable para disfrutar de la observación de estrellas y conocer sus valores científicos, culturales, naturales y paisajísticos asociados.
Así, las llamadas ‘estrellas fugaces’ son pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas o asteroides a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La nube de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al “deshielo” producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por La Tierra en su órbita alrededor del Sol. Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros. En concreto, la actividad de las Perseidas tiene como progenitor al cometa Swift-Tuttle, descubierto en 1862, que con un tamaño aproximado de 26km de diámetro es, actualmente, el mayor objeto que de forma periódica se acerca a la Tierra.
En este nuevo paso de las Perseidas un observador podrá ver, de media, un meteoro cada dos minutos si está situado en un lugar sin contaminación lumínica y con horizontes despejados, como los diversos puntos de observación que ofrece La Palma. Según Miquel Serra-Ricart, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), “Este año, por fin, vamos a tener una noche muy oscura por la ausencia de Luna. Si nos situamos en un lugar sin contaminación lumínica y sin nubes, el espectáculo está asegurado”.
En todo caso, gracias a los diversos senderos y miradores astronómicos que están plenamente señalizados, a los distintos alojamientos certificados bajo el sello Starlight, a las visitas al Observatorio del Roque de los Muchachos y, en general, a todo tipo de experiencias organizadas por las mútliples empresas especializadas que operan en la isla, La Palma es un lugar perfecto para disfrutar de este singular fenómeno astronómico.
Fuente: Visit La Palma / IAC