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Las tan esperadas vacaciones están a la vuelta de la esquina… El verano es sinónimo de playa, de acción y aventura, pero también de buena comida, de arte, de cultural, de experiencias en familia o con amigos…. Y la costa del País Vasco francés lo tiene todo.
Entre la bahía de Txingudi y el mar, Hendaya es una preciosa localidad, próxima a la frontera española, situada en un entorno privilegiado y el lugar para descubrir Ondarraitz, una playa urbana de arena fina y dorada en suave pendiente, que la convierte en uno de los arenales más seguros de Nueva Aquitania. Con sus 3,5km de longitud y 100m de anchura, la que es considerada como la sexta playa más bonita de Francia se convierte en perfecta para la gente que busca espacio y seguridad. Una playa muy apropiada para el aprendizaje e iniciación del surf para todas las edades. Además, para los amantes de los deportes acuáticos, Hendaya es el destino ideal para practicar el stand-up paddle para que con un remo y sobre una tabla disfrutes dando un paseo por el litoral y descubrir la belleza de este rincón del suroeste francés.
Además de ser conocida por su playa, Hendaya posee uno de los paseos marítimos más característicos del País Vasco francés. El llamado Boulevard de la Mer (Bulevar de la Mar), cuenta con más de 70 casas frente al mar, de estilo neo-vasco, construidas a lo largo de la playa con una arquitectura local llamada “labourdine”, fácilmente reconocibles por sus grandes fachadas, anchas y blancas, entabladas con colores rojos, verdes y azules.
Uno de los elementos característicos y destacados de la playa de Ondarraitz son unas rocas llamadas “Les Deux Jumeaux” (Las Dos Gemelas). Se trata de dos enormes formaciones rocosas que asoman del mar al final de la playa y que, según cuenta la leyenda, fueron arrojadas por los Gentiles, unos seres de la mitología vasca poseedores de una fuerza inusitada, que pretendían destrozar la Catedral de Bayona; por suerte fallaron en su intento. De nombre “Dunba Zabala” y “Dunba Luzie”, las dos grandes rocas llegaron hasta Hendaya, donde, más allá de mitologías, forman una estampa mágica que no puedes perderte.
A 13km de Hendaya, entre el océano y la montaña, aparece majestuosa la localidad de San Juan de Luz, uno de los destinos más pintorescos de la costa vasco francesa. Lo que durante el siglo XVII fue la base de los corsarios vascos, se ha convertido en un cotizado destino turístico que se ubica en una tranquila bahía con forma de media luna y una hermosa playa de fina arena.
Una de las atracciones principales de esta ciudad vasca es su hermosa playa, conocida como “la grande plage” (playa grande), una bonita playa protegida de las olas por tres enormes diques; un lugar perfecto para familias. Pero esta no es la única playa de la localidad. Hay otras cuatro playas de arena que pertenecen a la municipalidad de San Juan de Luz: Erromardie, Mayarco, Lafiténia y Cénitz.
Si eres un surfista experto, deporte por antonomasia de esta zona del País Vasco francés, puedes dirigirte a Lafiténia, mientras que si eres un principiante, Cénitz será probablemente la mejor opción. Concretamente en la de Lafiténia, cuya orilla recta de 100m es comparada con la famosa “Bells Beach” australiana, tienen lugar numerosas competiciones de surf de prestigio internacional. Además, dichas playas en los alrededores de San Juan de Luz son ideales para practicar toda clase de deportes acuáticos, como el stand up paddle, el longboard o el tándem.
Al sur de San Juan de Luz, encontramos la localidad de Guéthary, un pueblo auténtico y tranquilo que cuenta también con unas playas ideales para practicar el surf: Parlementia, una playa kilométrica donde cada vez se practica más el longboard y que se ha convertido en un clásico de la región.
Para los más diestros en la práctica del surf, recomendamos bajar un poco más al sur hasta la localidad de Urrugne, donde descubrir la famosa ola Belharra: una ola de 10 metros muy poco común que ha sido surfeada menos de 20 veces en 12 años y una de las olas más grandes de Europa, características que han atraído a la elite mundial de este deporte.
Por todo esto y más, este verano hay que descubrir la costa del País Vasco francés, un destino que destila un ambiente relajado y cool, donde podrás disfrutar de las diferentes actividades acuáticas, pero también de su excepcional gastronomía, de su agenda cultural y, en general, de su irresistible way of life, una estilo que le ha hecho famosa en el mundo entero.
Fuente: Press & PR Consultant