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Si hay un momento en el que Navarra saca a las calles toda su tradición, ese es la llegada del Olentzero. Desde el valle del Baztán hasta la Ribera, la Comunidad Foral vive la Navidad con un arraigo que deja huella en todos sus visitantes. Unas fechas con todo tipo de actividades y, por supuesto, siempre acompañadas por platos tradicionales navideños, como el cardo o el auténtico espárrago de Navarra (I.G.P.), por el típico pacharán y por los mejores vinos navarros, cada vez más reconocidos.
El carbón del Olentzero tiñe de tradición la tarde del 24 de diciembre
Esta misma tarde, navarros de todas las edades inundarán el centro de Pamplona y los diferentes pueblos de la mitad norte de Navarra para vivir una de las tradiciones más esperadas. Olentzero, con su boina, su pipa y sus abarcas, es esperado durante todo el año en Navarra para dar comienzo oficial a la Navidad en esta tierra.
Es el “Papá Noel” de los navarros, el personaje que desde hace siglos envuelve de espíritu navideño el territorio foral. Representante del solsticio de invierno, con él llegan esos días junto al fuego, de villancicos, de turrón y regalos, de reencuentro con la tierra. Además de Pamplona, localidades como Lesaka, Isaba, Alsasua, Sangüesa, Estella, Elizondo y Bera también reciben al barbudo personaje en sus calles y plazas.
Además, los txistus –la flauta típica de tres agujeros que se toca con una sola mano, generalmente para tocar con la otra algún acompañamiento de percusión– ponen la banda sonora a este desfile, encabezado por el sonriente carbonero al que acompaña una multitud de niños y niñas también ataviados con el traje de pastores y zanpantzares (personajes tradicionales de la cultura navarra que anuncian la llegada del Carnaval).
Unas fechas llenas de folklore
Hasta el 6 de enero, las casetas de madera inundan la plaza del Castillo en la Feria de Navidad de Pamplona. Artesanos y productores llegados de cada rincón de la comunidad foral muestran el buen hacer de su día a día. Madera, metal, cuero, textil, libros y productos gastronómicos atraen año tras año a miles de visitantes hasta la capital navarra.
Estos días son especialmente significativos para los más pequeños de la casa, y precisamente a ellos se les pueden regalar momentos inolvidables en los campamentos de Navidad de Navipark. Un lugar donde los niños pueden dar rienda suelta a su energía con diferentes actividades: puzzles gigantes, hinchables, pista de trineos, piscina de bolas, barcas, talleres… del 26 de diciembre al 4 de enero en el Recinto Ferial de Navarra.
Para quienes prefieran una tarde con filtro cultural, un año más la Escuela Navarra de Teatro llena la Navidad pamplonica con su producción para los más pequeños: “Pigman”, de Sara Pinedo. Del 26 al 30 de diciembre y del 2 al 6 de enero, los niños podrán disfrutar de esta historia ácida y divertida que nos habla del consumismo sin freno, de la publicidad omnipresente… La esperanza está en Pigman, un singular personaje que se viste de cerdo. Además, los asistentes podrán degustar el típico chocolate con bizcocho durante el intermedio.
El calendario está repleto de planes para todos los gustos: del 25 de diciembre al 4 de enero, Zentral se llena de música indie/pop con los directos de Novedades Carmiña y Angel Stanich (25 de diciembre), Nacho Vegas (28 de diciembre), Yung Beef (29 de diciembre), Delorean & Oreka Tx (30 de diciembre) y el Niño de Elche + Cristina Rosenvinge (4 de enero). Pamplona ofrece así la tercera edición del Festival Santas Pascuas, una clara apuesta por la música alternativa del panorama nacional.
Belenes vivientes, una tradición legendaria en la Ribera
Bajando al sur de Navarra, localidades como Peralta o Cortes reviven en primera persona el rito del Nacimiento, con visitantes llegados de todos los rincones de dentro y fuera de Navarra.
A menos de una hora en coche desde Pamplona, Peralta se convierte cada 29 de diciembre en escenario de pasajes bíblicos. Esta localidad de la Ribera navarra congrega cada año a unas 4.000 personas en torno al Belén Viviente. Sobre las 19:00h, el recorrido discurre por las calles del casco antiguo hasta llegar al nacimiento con la Sagrada Familia. Un acto narrado por el párroco del municipio y representado por unos 400 voluntarios: herreros, tejedores, trabajadores de la alfarería, molineros, costureros, boticarios… y donde no puede faltar la clásica degustación de chistorra navarra, chocolate o queso.
En Cortes, el Belén Viviente comienza el 30 de diciembre. A las 16:30h, el pregonero anuncia que va a comenzar el acto, que se desarrolla en los jardines del Castillo, del siglo XII –uno de los principales castillos medievales del Reyno y Bien de Interés Turístico Cultural. La guardia romana acompaña a la Virgen, San José y el Niño ante la llegada de los Reyes Magos. Un Belén en tamaño real, al que dan vida lavanderas, pastores, herreros y personajes de la legendaria Belén de Judea; unos 200 vecinos dando vida a 30 escenas.
Platos de invierno con etiqueta ‘gourmet’
Con una base esencial de verduras con Denominación de Origen, la despensa navarra puede presumir de contar con producto fresco todo el año. Pero con la llegada de la Navidad ciertos productos llenan la mesa navarra de claros homenajes a la tierra.
Entre todos estos platos navideños, uno de los claros protagonistas es el cardo a la Navarra. Un plato sencillo que se aliña con almendras o bien con tacos de jamón o tocino, harina y ajo. Aunque se consume durante todo el invierno, es tradición servirlo como uno de los primeros platos en Nochebuena. Por supuesto, el cardo no viene solo, le acompañan, por ejemplo, los espárragos, blancos o trigueros, auténticos embajadores de la gastronomía navarra (con Indicación Geográfica Protegida), pero también el cordero, el queso de Roncal, el pacharán, y los diferentes tintos, rosados (claretes) o blancos de la D.O. Navarra, entre tantos otros “clásicos” de la excepcional gastronomía local.
En todo caso, estos días Navarra se viste de fiesta para ofrecer un conjunto de experiencias realmente fuera de serie.
Fuente: Promotourist