Share This Article
A partir de hoy, 18 de noviembre, y hasta el 13 de enero de 2023, la madrileña Galería Cayón presenta, en su espacio de la calle Blanca Navarra, números 7 y 9, la primera exposición en España de los norteamericanos Anoka Faruqee (1972, Ann Arbor, Michigan, EE. UU.) y David Driscoll (1964, Steubenville, Ohio, EE. UU.), dos artistas que colaboran desde 2012.
El trabajo actual en coautoría desarrolla aspectos de sus respectivos trabajos individuales anteriores, como el compromiso de Faruqee con la geometría modular y la investigación de Driscoll sobre la materialidad. En el trabajo mancomunado –y en el desarrollado anteriormente por ambos artistas–, podemos hablar de influencias de lo más variadas: desde artistas modernos como Josef Albers, Agnes Martin y Bridget Riley hasta la arquitectura islámica de la Alhambra de Granada y la pintura paisajista romántica norteamericana.
Usando sistemas de compensación y lógica binaria, los pigmentos y las formas geométricas en forma de anillos concéntricos, sus pinturas se recrean en experiencias ilusorias en forma de muaré, un patrón de interferencia que se autogenera con la superposición de las tramas. El flujo sobrante de color alrededor de los bordes, en forma de materia, y diversas rupturas o fallas en la imagen resultante, son subproductos de un proceso –realizado con instrumental especial– en el que se combinan los diferentes sentidos y que no distorsionan, en su imperfección, el resultado final, más bien lo mejoran y acentúan. Estas fallas se leen simultáneamente como accidente material, corrupción electromagnética y huellas del gesto.
Una experiencia directa y cambiante
Las pinturas más recientes introducen, en palabras de los artistas, un “muaré secundario”, un movimiento vibratorio, en forma de viso, que, encerrado dentro de sus pinturas, hace que cada línea circular concéntrica se vuelva sinuosa. El resultado es otra interrupción de la experiencia que revela misteriosamente que lo que percibimos como pura luz y forma son datos agregados en los que el color y el dibujo se confunden de una manera que diluye el secular enfrentamiento renacentista entre el “colore y el disegno“.
Inspiradas en la modularidad de las imágenes digitales, estas pinturas sólo pueden entenderse plenamente en persona, a distintas distancias y ángulos de visión, pues su visión a través del medio impreso o digital genera, a su vez, nuevos efectos de muaré. Efectos que no se producen en las propias pinturas, y que existen, por tanto, cuando las apreciamos a través de una reproducción. Faruqee y Driscoll conectan, de este modo, la modularidad y el movimiento con la presencia expansiva de la naturaleza, con el asombro y la ansiedad que provoca gran parte de la vida contemporánea: el atisbo de animación y sensibilidad dentro de la tecnología.
En todo caso, la Galería Cayón vuelve a ofrecer una propuesta más que atractiva, en este caso en su sede de Madrid; en otros, en sus espacios de Mahón (Menorca) y Manila (Filipinas). Una exposición que invita a explorar una de las innumerables vertientes del arte contemporáneo, la del singular y poco ortodoxo “dueto” artístico de Faruqee y Driscoll.
Fuente: Convoca Agency