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El Día de Muertos es un acontecimiento único en México. Desde la isla de Janitzio, en Michoacán, hasta el gran Zócalo de la Ciudad de México, pasando por los pueblos de Chiapas, cada rincón del país se vestirá de color y tradición a la espera de millones de visitantes que buscan participar en uno de los ritos más espectaculares que existen.
Esta fiesta, nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008 por la UNESCO, es una gran experiencia tanto para visitantes como para la gente local. Celebrada desde finales de octubre hasta la primera semana de noviembre, es un legado ancestral heredado de distintas culturas prehispánicas combinado con la celebración del día de Todos los Santos católico. En la creencia popular, esos días las personas fallecidas regresan a visitar a sus deudos y los vivos conviven y disfrutan ofreciéndoles sus alimentos y bebidas favoritas.
Su fama es tal que cada año atrae a más de 7,5 millones de turistas internacionales que gustan de experimentar las tradiciones culturales y gastronómicas típicas de la fecha. Un conjunto de prácticas y tradiciones que se dan prácticamente en todo el país, tanto en ciudades como en pueblos indígenas, pero que en ciertos estados, como Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí y, por supuesto, la Ciudad de México, resultan verdaderamente excepcionales.
El gran desfile de los muertos
Con más de un kilómetro de longitud y con los estados de Aguascalientes, Oaxaca, Michoacán y San Luis Potosí como invitados especiales, el próximo sábado, 27 de octubre se llevará a cabo por tercera ocasión el gran Desfile de Día de Muertos en la capital del país. En él, podrán verse calaveras monumentales, carros alegóricos y catrinas que recorrerán el Paseo de la Reforma desde el monumento de La Estela de Luz con dirección al Zócalo capitalino, que se convertirá en escenario de ofrendas multitudinarias para los difuntos. En él se realizarán también conciertos gratuitos de rock, jazz, blues y música tradicional mexicana para concluir un día repleto de colores y sabores.
El desfile del año pasado contó con más de un millón de asistentes y más de 1.500 voluntarios se encargaron de llenar de energía y alegría las calles de la ciudad; muchos de ellos provenientes de otras partes de la República e incluso de otros países. Para este año se esperan cerca de 2.000 personas, entre organizadores y voluntarios.
“Es una tradición que se ha mezclado con la cultura popular y se ha convertido en una celebración que le pertenece a todo el mundo. En ningún otro lugar los visitantes pueden experimentar una celebración tan colorida, mágica y surrealista”, ha declarado Héctor Flores Santana, Director General del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).
Más sobre el Día de Muertos
En México, la muerte es considerada como parte del ciclo de la vida y, por lo tanto, celebrada desde tiempos prehispánicos. Por ello, las familias crean altares en sus casas en los que ofrecen a las almas de sus seres queridos sus comidas favoritas y otros objetos llenos de recuerdos, siempre acompañados por la típica flor de cempasúchil y el icónico Pan de Muertos. Sin embargo, las tradiciones varían en todas las regiones y algunas son únicas de ciertos lugares:
- Aguascalientes realiza año con año el Festival de las Calaveras, rindiendo homenaje al artista José Guadalupe Posada, creador de la famosa “Catrina”, símbolo de las celebraciones del Día de Muertos.
- En Guanajuato se lleva a cabo, cada 1 de noviembre, el famoso Desfile de Catrinas, en el que la gente se viste como estos personajes a partir de una temática que cambia en cada edición.
- Una de las festividades más grandes en Veracruz es el Festival Mictlán el cual le da la bienvenida a interpretaciones musicales y a artistas que muestran su trabajo.
- En San Luis Potosí, el Xantolo es la celebración más importante de la zona. El 1 de noviembre se hace una velación con rezos y se inciensan las imágenes y el altar. El 2 de noviembre, en las comunidades indígenas, se acostumbra llevar las ofrendas a los panteones y adornar las tumbas con flores.
- La isla de Janitzio, en Michoacán, honra a los “angelitos” –aquellos que murieron siendo niños– por medio de una procesión nocturna, el 1 de noviembre, en canoas ataviadas con infinidad de velas, llevando ricos platillos y bebidas, y ambientadas con música para dar la bienvenida a quienes regresan de la muerte.
- En Oaxaca, la Plaza de la Muerte es un gran despliegue de productos artesanos hechos específicamente para estas fechas. A lo anterior se suman las famosas comparsas, que por más de 20 horas ofrecen su música para celebrar las tradicionales Muerteadas, en las que los habitantes visten de negro y repletos de pequeños espejos que representan la luz y la oscuridad.
- En la Ciudad de México, miles se dan cita en el panteón de San Andrés Mixquic para recibir a los muertos al ponerse el sol; y en Xochimilco, la escenificación de la Leyenda de la Llorona atrae a propios y extraños año con año.
En todo caso, celebraciones como el Día de Muertos hacen de México uno de los destinos favoritos de los viajeros –es el sexto país más visitado del mundo. Y si a ello se sumas su alucinante gastronomía, su invaluable patrimonio histórico –desde los yacimientos arqueológicos hasta los tesoros coloniales– y su efervescente agenda cultural… pues eso, un destino imprescindible.
Fuente: Marco de Comunicación