Share This Article
Julio es el mes de Frida Kahlo. La artista mexicana nació un 6 de julio de 1907 y falleció un 13 de julio de 1954. Desde entonces, la mujer con el bigote y el entrecejo más famosos del mundo ha sido un referente en el panorama artístico y cultural internacional; una de las voces más relevantes en el universo del arte contemporáneo.
Sus obras y su estilo de vida rebelde y sin tabúes han conquistado e inspirado a medio planeta, incluyendo a artistas de la talla de Pablo Picasso y Vasili Kandinsky, así como a diversos creadores contemporáneos, desde Madonna hasta Joaquín Sabina. Así, la pintora y escritora mexicana se ha convertido en uno de los emblemas más icónicos de México, y en la actualidad pocas personas visitan el país sin queres concer más sobre ella. El barrio de Coyoacán y muchos museos de la Ciudad de México conservan la esencia de la mujer que siempre quiso pintar flores para que nunca se marchitaran.
El Coyoacán de Frida
Frida Kahlo nació y murió en este barrio cultural de la Ciudad de México. A principios del siglo XX, Coyoacán era un pequeño pueblo en la periferia de la ciudad. La zona, designada en la actualidad como “Barrio Mágico”, alberga la Iglesia de San Juan Bautista, una joya del Barroco novohispano. Muy cerca se encuentra el mercado de antojitos, en el que se venden quesadillas, tostadas y tacos. Otra parada obligada es el café El Jarocho, donde tuestan el grano en el momento; un buen café que se puede acompañar con los típicos churros. En el mercado de Coyoacán, al que acudía Frida, se pueden comprar frutas frescas y tropicales, artesanías y comida exótica, como chapulines (saltamontes tostados).
La Casa Azul
La Casa Azul, hoy convertida en el Museo Frida Kahlo, es uno de los atractivos turísticos más importantes de Coyoacán. En esta vivienda, construida por el padre de la artista, ubicada en el 247 de la calle de Londres, esquina con Allende, nació, trabajó y murió la propia Frida. Aquí vivió con Diego Rivera y también fue su refugio tras divorciarse de él. La Casa Azul fue lugar de reuniones de pintores, bohemios y políticos, todos ellos discutiendo al calor del tequila. En ella vivió exiliado León Trotsky, con quien Frida mantuvo un romance. Hoy, sus paredes guardan un museo que contiene algunas de sus mejores obras, entre las que se encuentran su último cuadro “Viva la Vida”, además de sus objetos personales y otras exposiciones temporales, como “Las apariencias engañan: los vestidos de Frida Kahlo”.
Museo Diego Rivera Anahuacalli
Frida Kahlo y Diego Rivera siempre quisieron donar al pueblo de México dos museos. Uno de ellos es la Casa Azul y el otro es el Museo Anahuacalli, también situado en Coyoacán, que conserva más de 50.000 piezas prehispánicas. Su edificio, de influencia prehispánica, está hecho de la misma piedra volcánica sobre la que está levantado y hace referencia a un teocalli o casa de energía. El museo cuenta, además, con un espacio ecológico porque la idea de Diego Rivera era crear una “ciudad de las Artes” que integrara ecología, arte y arquitectura.
Colegio de San Ildefonso
El Antiguo Colegio de San Ildefonso, en pleno centro de la Ciudad, fue uno de los lugares donde Frida estudió y, además, donde conoció a Diego. En 1922, Kahlo ingresó en este lugar, que fue sede de la Escuela Nacional Preparatoria, una prestigiosa institución educativa; Frida fue una de las 35 mujeres dentro de los 2.000 alumnos que la componían. Su edificio fue construido en el siglo XVI por los Jesuitas y hoy funciona como museo e importante centro de arte, con tres patios interiores y un anfiteatro que contiene el famoso mural “La Creación”, de Diego Rivera; el artista lo estaba pintando justo cuando Kahlo, con 16 años, lo observó por primera vez.
Museo Dolores Olmedo Patiño
El Museo Dolores Olmedo exhibe la colección más importante de Frida Kahlo. A pesar de ser la mujer que posiblemente más odió a Frida, esta coleccionista de arte guarda hoy día su mayor número de obras. Al sur de la Ciudad de México, en Xochimilco, barrio famoso por su mercado tradicional y sus canales, se halla este museo, una construcción del siglo XVII, rodeada de bellos jardines, donde pasean pavorreales y xoloitzcuintles, una raza canina autóctona. En la sala 9 de este centro cultural hay más de 25 obras de Frida Kahlo que reflejan toda su vida; destacan “La columna rota” y “Autorretrato con changuito”. Además, el museo también alberga la mayor colección de obras de Diego Rivera.
Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
En San Ángel, una zona de la Ciudad también declarada “Barrio Mágico”, abundan las plazas, jardines y grandes mansiones. Sus calles empedradas conducen a la plaza San Jacinto, donde cada sábado se monta un mercadillo de arte y artesanía, que ofrece desde sencillos tejidos de palma hasta sofisticadas y cotizadas piezas de cerámica. Más abajo se encuentra el mercado tradicional de San Ángel, el cual ofrece una auténtica experiencia mexicana, donde el olor de frutas y hierbas aromáticas supone la antesala de la auténtica comida mexicana. En todo caso, en la zona se encuentra el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, diseñado por el célebre pintor y arquitecto mexicano Juan O’Gorman y una de las primeras estructuras arquitectónicas funcionalistas en Latinoamérica. El conjunto de casas gemelas de varios pisos fue habitado por la pareja a partir de 1934, tras volver de su estancia en Estados Unidos, y esta formado por una casa estudio concebida para Diego y otra más para Frida, ambas conectadas entre sí por una pasarela, pero también hay una tercera casa estudio y un laboratorio fotográfico. Ahí Frida realizó algunas de las obras más importantes de su carrera: “Lo que el agua me dio”, “El ojo avizor” y “El difunto Dimas”.
En definitiva, la Ciudad de México es el lugar que hay que visitar si realmente se quiere descubrir la vida y obra de Frida Kahlo. Desde Coyacán hasta el Centro Histórico, de Xochimilco a San Ángel… ahí están sus lugares, sus referencias, los ecos de su tiempo y de quienes lo compartieron con ella… pero, sobre todo, ahí está la mayoría de su excepcional obra.
El México de Frida Kahlo mantiene vigente la apasionante vida y obra de una artista por demás incomparable.
Fuente: Marco de Comunicación