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Lisboa es uno de esos destinos que sorprende por su rico patrimonio histórico, artístico y cultural. Y aunque las opciones son muchas y muy diversas, durante un fin de semana o un puente, es posible realizar un maravilloso recorrido por algunos de sus distintos museos y monumentos. Arte, ciencia, historia, arquitectura…, propuestas de todo tipo para descubrir y disfrutar del inagotable encanto de la capital portuguesa y el invaluable legado de todos aquellos que la han habitado a lo largo de los siglos.
Los grandes imperdibles
Toda buena ruta por Lisboa debe comenzar con la visita al centro interpretativo Lisboa Story Centre, en la Plaza del Comercio, para conocer los diversos episodios y protagonistas que conforman la historia de la ciudad. Gracias a sus instalaciones interactivas, es posible realizar un viaje en el tiempo, experimentando momentos tan destacados como el terremoto de 1755.
Más de 265 años después del gran seísmo, se pueden visitar los restos de algunos espacios que quedaron devastados casi por completo. Es el caso de las ruinas del Convento do Carmo, el templo gótico más importante de Lisboa, al que se puede llegar tomando el Elevador de Santa Justa. Hoy en día, alberga el Museu Arqueológico do Carmo, donde se encuentran piezas históricas, desde la Prehistoria hasta la Edad Media.
También resulta de interés visitar el Museu Nacional do Azulejo, alojado dentro del Convento da Madre de Deus. De gran relevancia por su singular colección de este tipo de cerámica, considerada la expresión artística diferenciadora de la cultura portuguesa, el museo posee un excelente reconocimiento a nivel internacional. En todo caso sus colecciones permiten hacer un viaje por la historia del azulejo, desde el siglo XV hasta nuestros días.
Otros de sus museos más destacados es el Museu Nacional dos Coches, idea de la reina Amélia de Orleães e Bragança, mujer del rey Carlos I. Este espacio, ubicado en el barrio de Belém, posee una colección única en el mundo de vehículos pertenecientes a la Casa Real, originarios de los siglos XVII, XVIII y XIX, entre los que se encuentran coches, berlinas, literas y carrozas, entre otros, ricamente decorados.
Aprovechando la visita a Belém, nadie puede perderse el Mosteiro dos Jerónimos, también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Un impresionante edificio que llama la atención por su bello estilo manuelino, por su espectacular claustro y por albergar las sepulturas de Vasco da Gama y Luís de Camões, entre otras muchas razones.
Y muy cerca del anterior, la Torre de Belém es una de las edificaciones más simbólicas de Lisboa, toda una referencia sobre la inquebrantable relación entre la ciudad y el mar, así como el descubrimiento de nuevos mundos. Fue construida como sistema de defensa marítima y gracias a su sobresaliente arquitectura forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Frente al Monasterio y junto al Tajo, el Padrão dos Descobrimentos es una oda a la historia de Portugal. Una enorme carabela de piedra que rinde homenaje a la época dorada del país, en la que los navegantes zarpaban desde el gran estuario lisboeta para aventurarse en busca de nuevas tierras. Además, accediendo a su cima se pueden admirar unas increíbles vistas del río y la Praça do Império.
Para finalizar, el Museu do Fado representa una de las herencias culturales más sólidas de la región. Dedicado por completo a este género musical, ofrece una exposición permanente y algunas temporales. Además, un centro de documentación y un auditorio con actuaciones durante todo el año completan el museo.
La nueva joya de la corona
La riqueza cultural de Lisboa crece año tras año y la apertura del nuevo Museu do Tesouro Real es una clara muestra de ello. Ubicado en el Palacio Nacional de Ajuda y abierto al público hace un par de días, el museo alberga una colección de más de mil piezas pertenecientes a la realeza lusitana.
De incalculable valor patrimonial, la singular colección que se muestra en el Museu do Tesouro Real está formada por raras y valiosas joyas, insignias y condecoraciones, monedas y piezas de joyería civil y religiosa, como la corona, el cordón esmeralda de Dña. Mariana o la caja de tabaco encargada por D. José al orfebre del rey de Francia en el siglo XVIII. Símbolos de poder y objetos personales de lujo que componen una de las colecciones más importantes del mundo, por su tamaño, rareza y calidad. Y que cuentan la historia vivida en Portugal desde que el Palacio Nacional da Ajuda se convirtió en la última residencia real.
En cualquier caso, la muestra permanente de este nuevo espacio museístico está organizada en 11 secciones. Títulos como “Oro y Diamantes de Brasil”, “Joyas” “Órdenes Honoríficas”, “Mesa Real” y “Viajes del Tesoro Real” muestran una profunda aproximación al origen y recorrido de las piezas que la componen. Piezas que destacan por su valor artístico y simbólico. Por su papel al servicio de la monarquía. Por sus funciones ceremoniales, de representación del poder real, en la actividad diplomática y en el coleccionismo del siglo XIX.
¿Ganas de más?
¿Ya has visitado Lisboa? ¿Y ya has disfrutado de sus grandes museos y joyas patrimoniales? ¿Qué tienes ganas de volver? Por supuesto, la capital portuguesa ofrece todo tipo de opciones para visitarla una y mil veces.
El Museo Bordalo Pinheiro, una colección extraordinaria de una de las mentes más creativas de Portugal. La Casa-Museo Amália Rodrigues, que muestra la vida y obra de la mayor fadista de la historia. La Abadía de Alcobaça, una de las abadías cistercienses más importantes de Europa. La Casa Fernando Pessoa, hogar de uno de los grandes poetas portugueses. El Museo Calouste Gulbenkian, la mayor colección de arte portugués del s. XX y uno de los acervos artísticos más importantes del mundo, desde el Antiguo Egipto hasta nuestros días. El MAAT, Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología. La Fundación José Saramago (Casa de los Bicos). La inabarcable oferta de museos de Lisboa cuenta con todo tipo de propuestas.
En definitiva, Lisboa es una ciudad repleta de propuestas culturales y artísticas. Opciones de todo tipo, que convierten cualquier escapada de fin de semana en una experiencia inolvidable.
Fuente: Munka Comunicación & Marketing