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Con una antigüedad que en el mapa de la evolución se remonta a unos 25 millones de años, Kenia es la cuna de la humanidad, el hogar étnico de todos nosotros, y el rico patrimonio cultural y natural de este país africano no sólo es apreciado por los miles de turistas que recibe año tras año. En el año 1997, la UNESCO reconoció a Kenia y, en particular al Lago Turkana, como uno de los lugares más bellos del mundo, y lo incluyó en su célebre Lista del Patrimonio Mundial. Desde entonces, varios lugares históricos y escenarios naturales se han unido a ella y se ha convertido en sitios que, sin duda, hay que visitar al menos una vez en la vida.
Lago Turkana: A lo largo de la frontera norte de Kenia se extiende el Lago Turkana, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997 y uno de los destinos más remotos de Kenia; sólo apto para los más aventureros. Bautizado como el “Mar de Jade” por el profundo color azul de sus aguas, se asoma en el extenso Desierto del Norte como un auténtico milagro. El Turkana está rodeado por volcánicas laderas del color del basalto que nos recuerdan la antigüedad de este paisaje, único en el mundo, que se remonta a hace más de 7 millones de años. El lago es el más salino de los grandes lagos de África y en su territorio se incluyen tres parques nacionales. Además, este emplazamiento es una importante área de reproducción para especies como el cocodrilo del Nilo, el hipopótamo y diversas serpientes venenosas. Los yacimientos fosilíferos de Koobi Fora –donde se conservan numerosos restos de mamíferos, moluscos y otras especies– han contribuido al conocimiento de los paleoambientes más que ningún otro sitio análogo en todo el continente africano.
El Monte Kenia: El Parque Nacional del Monte Kenia entró en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO también en 1997. Sagrado para el pueblo Kikuyu por ser el hogar del dios “Ngai”, se trata del segundo pico más alto de África (tras el Kilimanjaro), con 5.199 metros de altitud. Este gran volcán extinto es un espectáculo grandioso, con sus múltiples picos y nieves perpetuas. La base irregular del monte que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera al mismo tiempo, está compuesta por 12 glaciares, algo curioso teniendo en cuenta que se sitúa a solo 16 kilómetros de la línea del Ecuador. La punta Lenana, que alcanza los 4.985 metros de altitud, es el pico más accesible, y los amantes del senderismo y el trekking suelen alcanzar su cima en 3 días.
Ciudad Vieja de Lamu: La UNESCO supo reconocer en el año 2001 el valor cultural de la Ciudad Vieja de Lamu, capital del archipiélago homónimo, y el asentamiento swahili más antiguo y mejor conservado del África Oriental. Dentro de la ciudad vieja destacan sus laberínticas calles, sus muros de coral y yeso, y sus puertas decoradas con motivos árabes; entre sus construcciones hay algunas que datan del siglo XV. Las estrechas calles de Lamu se mantienen sin cambios, y en los mercados y plazas la vida fluye al mismo ritmo que lo ha hecho siempre. No existen coches en esta isla, y el asno y el dhow siguen siendo la forma dominante de transporte. La isla ha ido recibiendo muchos visitantes e influencias extranjeras, incluidos los exploradores portugueses, los comerciantes turcos y los árabes de Omán. Todos dejaron su huella, pero Lamu ha sabido desarrollar su propia cultura y merece su fama mundial, sobre todo, por ser la cuna de la esencia y la cultura swahili. Para el viajero, Lamu es una experiencia hipnótica; visitarla es entrar en un mundo donde la vida se ralentiza y los días se disfrutan paseando por la orilla del mar, explorando la ciudad y su historia o relajándose en las playas de arena blanca.
Bosques sagrados y ‘kayas’ de los Mijikenda: Este singular sitio inscrito en la Lista de la UNESCO consta de 11 áreas boscosas independientes repartidas a lo largo de unos 200 kilómetros de costa. Rebosantes de vegetación, contienen los vestigios de numerosos pueblos fortificados, conocidos como kayas, del pueblo Mijikenda. Creados en el siglo XVI pero abandonados en la década de 1940, los kayas se consideran ahora morada de los ancestros y son venerados como sitios sagrados y conservados por los consejos de ancianos. El sitio se inscribe como un testimonio único de una tradición cultural y su relación directa con una tradición todavía viva. Los bosques sagrados y kayas de los Mijikenda fueron reconocidos como Patrimonio Mundial en el año 2008.
El Fuerte Jesús: Incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en el año 2011, el Fuerte Jesús ocupa una superficie de 2,36 hectáreas y fue construido por los portugueses entre 1593-1596 para proteger el puerto de Mombasa. Ordenada su construcción por Felipe II de España y, entonces, I de Portugal, y diseñado por el arquitecto italiano Giovanni Battista Cairati, es uno de los ejemplos más sobresalientes y mejor conservados de fortificación militar portuguesa y un hito en la historia de este tipo de construcción. Asimismo, el diseño y la forma del Fuerte reflejan el ideal renacentista, las proporciones perfectas y la armonía geométrica que se encuentran en el cuerpo humano, forma que ofrece el recinto (visto desde el aire) y por la cual se le dio el nombre de Jesús.
Sistema de lagos de Kenia en el Gran Valle del Rift: De belleza excepcional y situado en la provincia keniana del Valle del Rift, este sitio incorporado a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO también en el año 2011 cubre una superficie total de 32.034 hectáreas y comprende tres lagos poco profundos comunicados entre sí: el lago Bogoria, el Nakuru y el Elementaita. El lugar alberga 13 especies de aves en peligro de extinción, sin olvidar que al mismo tiempo es uno de los sitios del planeta con mayor diversidad de avifauna. En este sentido, es una zona importante para la nidificación y cría del gran pelícano blanco. También se encuentran en la zona poblaciones considerables de algunas especies de mamíferos como el rinoceronte negro, la jirafa de Rothschild, el gran kudú, el león, la onza y el licaón o perro salvaje africano.
Estos lugares de Kenia, agrupados en diferentes categorías, se han identificado precisamente por su excepcional valor cultural, histórico, natural y arqueológico; declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, se combinan para formar la esencia de la diversidad de un país realmente único.
Fuente: Interface Tourism Spain