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Una de las mejores formas de conocer un destino es hacerlo a través de su historia y su cultura, viajando a lo largo del tiempo por las diferentes épocas en las que cada civilización ha ido dejando su huella. Por supuesto, las Islas Baleares no son la excepción. El archipiélago cuenta con numerosos conjuntos arqueológicos e históricos que se han convertido en uno de sus principales atractivos.
La riqueza patrimonial de las Islas Baleares, reconocida en numerosas ocasiones por la UNESCO, hace de estas islas un auténtico museo al aire libre. Así, por ejemplo, la isla de Menorca cuenta con más de 1.500 yacimientos, entre los que destacan los talayots, que atraen a arqueólogos de todo el mundo. La Menorca talayótica abarca los 2.000 primeros años de ocupación humana en la isla que se sucedieron hasta la conquista romana en el año 123 a.C.
A lo largo y ancho de la isla se encuentran más de una docena de pueblos que albergan más de 250 talayots, construcciones realizadas con piedras de tamaño medio o grande, en forma de torre, que llegan a alcanzar los 9 metros de altitud. Uno de los más grandes poblados talayóticos de Menorca es el de Trepucó, un gran centro de poder al este de la isla que, según los expertos, llegó a alcanzar una extensión de más de 5 hectáreas. El conjunto fue declarado Monumento Histórico Nacional en el año 1931.
En el caso de Ibiza, sobre el monte Puig Vila se encuentra la ciudad amurallada de Dalt Vila, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Sus recias murallas, en una época pieza clave del sistema defensivo de la villa, aún resguardan algunos de los edificios más importantes de la isla, como el Ayuntamiento (antiguo convento dominico) o la Catedral de Santa María de las Nieves, lugar que ofrece el mejor mirador de la ciudad.
En 1974 fue descubierto el mayor monumento prehistórico de Formentera, el yacimiento arqueológico del Sepulcre megalític de Ca na Costa. Este sepulcro megalítico de la Edad de Bronce, que marca la presencia humana más antigua en las islas de Ibiza y Formentera, supuso un gran hito histórico no solo para las Pitiusas sino para todo el archipiélago.
En la isla de Mallorca se puede encontrar otro reconocimiento de la UNESCO, el del canto de Sibila, en este caso como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2010. El canto, cuyos orígenes se remontan a las celebraciones litúrgicas de la Europa Medieval, se entona actualmente la noche del 24 de diciembre en todas las iglesias de la isla.
De vuelta al siglo XI, Mallorca cuenta también entre sus tesoros históricos con los Baños Árabes de Palma, ubicados en los Jardines de Can Fontirroig. El complejo, conservado parcialmente, representa uno de los pocos ejemplos de arquitectura islámica que se pueden encontrar actualmente en la isla.
Con el afán por conservar su invaluable legado histórico y cultural, las Islas Baleares han adjudicado más de 5 millones de euros a proyectos de preservación y restauración patrimonial desde la puesta en marcha del Impuesto de Turismo Sostenible, en 2016. Ejemplos como la recuperación del Camí de Cavalls (Menorca), la adquisición de la finca Sa Senieta (Formentera), cuyas referencias históricas la vinculan al siglo XVIII, o la consolidación del recinto amurallado de Alcúdia (Mallorca), forman parte de esta iniciativa. En todo caso, descubrir y disfrutar del patrimonio histórico y cultural de las Islas Baleares supone viajar en el tiempo para dejarse sorprender por la apasionante historia del Mediterráneo.
Fuente: Comunicación Iberoamericana