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Con Halloween a la vuelta de la esquina, muchos creerán que el origen de esta festividad comenzó en Norteamérica con una calabaza, pero en realidad todo comenzó con un nabo… ¡en Irlanda! Y es que si se siguen los pasos hasta los orígenes de Halloween se llega al Ancestral Este de la Isla Esmeralda, la región donde comenzó a celebrarse esta festividad hace más de 2.000 años, bajo el nombre de Samhain, que en gaélico significa “final de verano”.
El origen etimológico de Halloween o Hallowe’en proviene de la expresión inglesa “All Hallows’ Eve”, que en español significa “Víspera de Todos los Santos”, una clara referencia a la solemnidad cristiana del 1 de noviembre. En cualquier caso, esta singular celebración surgió a partir del tradicional Samhain de la Irlanda pagana, en el que traviesos duendes, espíritus, sombras y fantasmas de dioses y héroes irrumpen desde el otro mundo para provocar y atormentar al pueblo irlandés, mezclado con matices de la tradición católica y, más recientemente, con todo tipo de elementos de la cultura popular, desde la literatura hasta el cine; del famoso Drácula de Bram Stoker a películas de Tim Burton o “clásicos” como el hombre lobo, la muerte o las brujas, entre un sinnúmero de personajes.
Según el folclore irlandés, el Samhain –una celebración en torno a una hoguera y un banquete– marcaba el final del año celta y el comienzo de un nuevo ciclo. Momento en el cual los ancestros paganos consideraban que, durante la noche del 31 de octubre, los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales. Para los celtas, el Samhain era el más importante de los festivales estacionales, y tenía lugar justo entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. Durante esos días, los druidas (sacerdotes celtas) hacían ofrendas a sus dioses para tener una buena cosecha y encendían hogueras comunales representando el sol. Asimismo, se encendían fuegos en los hogares, que permanecían encendidos durante la recolección.
Posteriormente, en la Edad Media, se incorporaron otras costumbres, como la talla de nabos o patatas (y posteriormente calabazas), y fueron los numerosos inmigrantes irlandeses los que extendieron estas tradiciones en Estados Unidos, donde la celebración evolucionó hasta adquirir su “rostro” más actual y popular.
El origen de los disfraces
Esperando la llegada de sus ancestros desde el otro mundo, los antiguos celtas se disfrazaban de animales y monstruos para que esos mismos espíritus no intentaran apresarles.
Del mismo modo, la tradición de encender hogueras comenzó en las colinas de Irlanda, con clanes y comunidades reunidas que encendían enormes fuegos ceremoniales. Uno de los mayores tenía lugar en la cima de Tlachtga, o la colina de Ward, en el actual condado de Meath. Hoy en día, el área alrededor de la colina de Ward y la colina de Tara sigue siendo uno de los epicentros de las tradiciones irlandesas de Halloween con su reconocido Festival Púca.
Así, las localidades de Athboy, Trim y Drogheda –impregnadas de las leyendas y las tradiciones celtas del Samhain– albergarán la segunda edición del festival Púca (nombrado como la criatura popular del folclore celta), una celebración por todo lo alto repleta de música, mitología, espectáculos, cabaret, propuestas gastronómicas… Además, este año se unirá por primera vez el famoso Castillo de Slane, donde se podrá disfrutar de rutas por los bosques y jardines con inquietantes iluminaciones e instalaciones, espectáculos de mapping, shows de luces y drones, hipnóticos hologramas…, y todo acompañado por un gran espectáculo con bailarines, acróbatas y equilibristas.
Del nabo a la calabaza
El tallado de las calabazas de Halloween es otra de las tradiciones más populares. Esta tradición también comenzó en Irlanda, donde se usaban originalmente nabos y patatas grandes, aunque posteriormente fueron los emigrantes irlandeses quienes llevaron esta tradición a América del Norte, donde la calabaza es abundante, convirtiéndola en uno de los símbolos más reconocibles de Halloween.
Incluso el nombre Jack O’lantern, por el que se conoce a las calabazas de Halloween, proviene del folklore irlandés. La leyenda cuenta que un hombre llamado Jack engañó al Diablo. Como castigo, Jack fue condenado a vagar en la tierra por toda la eternidad con un nabo con brasas en su interior para iluminar su camino.
Y si de historias, leyendas y personajes siniestros se trata, Irlanda se ha encargado de exportar algunos de los más populares, empezando por el conde más célebre de todos: Drácula. Muy pocos asocian el nombre del famoso vampiro a la capital irlandesa, pero la archiconocida obra del autor dublinés Bram Stoker está intrínsecamente ligada a su ciudad natal, y mucha de la inspiración para su imaginación gótica no la encontró en Transilvania, como sería de esperar, sino en algunos lugares de la propia Dublín. Y si bien es cierto que los amantes de la novela gótica y el terror no tienen que esperar a la noche de Halloween para homenajear al vampiro más famoso de todos los tiempos, ya que pueden seguir los pasos de su creador, en cualquier momento del año, recorriendo varios enclaves de Dublín, también vale muchísimo la pena revivir al célebre vampiro en el Bram Stoker Festival que se celebra cada mes de octubre en la ciudad. A pesar de que este año –que coincide con el 125 aniversario de la publicación de Drácula– no podrá celebrarse, Dublín volverá a acoger en 2022 su famoso festival repleto actividades literarias, musicales y artísticas para toda la familia.
El “truco o trato”
Otra de las tradiciones más reconocidas a nivel mundial es el juego del “truco o trato”, que, desde luego, también es de origen irlandés. En este caso, la tradición se conocía con el nombre de “souling” e implicaba a los niños más pobres, que iban de puerta en puerta pidiendo limosna y comida. En cada parada, los pequeños cantaban o rezaban por las almas de los muertos y a cambio obtenían algo para comer, normalmente un pan relleno de pasas.
Con los años, el “truco o trato” se ha convertido, sobre todo en Estados Unidos, en el principal pretexto para hacer de Halloween una gran fiesta. Pero, eso sí, no hay una celebración de Halloween más impresionante que Derry Halloween, el mayor festival del tipo en Europa, y posiblemente el mejor del mundo, que se celebra cada año (¡desde hace 35!) en la localidad norirlandesa de Derry ~ Londonderry. Este divertido festival, que comenzó como una sencilla fiesta de disfraces en el Castle Bar, un pub de la ciudad amurallada, convierte las noches del 29 al 31 de octubre en un auténtico despliegue de eventos relacionados con las tradiciones, la música y la gastronomía, orientado a todo tipo de públicos.
Se dice que en Halloween la línea que nos separa del Más allá apenas existe, por eso los espíritus y demonios se muevan con facilidad entre ambos mundos. Quizás… Lo que sí que está claro es que para cualquiera que busque disfrutar de esta terrorífica celebración, descubriendo sus origines y participando en las mejores fiestas y festivales, Irlanda es el destino perfecto.
Fuente: Newlink / Turismo de Irlanda