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No importa si no tienes tiempo de salir de la ciudad para disfrutar del aire libre. Desde las grandes capitales hasta los pueblos más pequeños, todos poseen lugares estupendos donde improvisar una escapada en familia, con amigos, o en pareja. Cada quien elige la compañía y el color de la manta a cuadros, y Guía Repsol propone algunas ideas para descubrir lugares con mucho encanto, para echar una siesta o para pasar la tarde a la sombra charlando.
Además, la web de Guía Repsol ofrece las mejores recetas de bonito del Norte en conserva para disfrutar al aire libre. Tuppers, tarteras, latillas de conserva y platos envueltos en papel de aluminio son la vajilla perfecta para disfrutar de elaboraciones “homemade” en las que parecerá que se ha utilizado algo más que un simple abridor.
1. Bilbao. Parque Etxebarria.
Es el más grande de la capital vizcaína con unas vistas de excepción del Casco Viejo o del Guggenheim, dependiendo del lugar que elijamos para nuestro picnic. Cuesta imaginar que tan sólo 25 años atrás este pulmón verde de Bilbao lo ocupase una gran fundición de acero, aunque podemos hacernos una buena idea recordando a aquellos infatigables obreros mientras disfrutamos de un bocata de bonito del Golfo Vizcaíno similar al que seguro ellos comían durante sus jornadas de trabajo. Podemos rellenarlo con una pasta de pepinillo, cebolleta y alcaparras aliñada con mayonesa y mostaza; con tomate seco y aceitunas negras; con una mezcla de bonito, queso mascarpone (o Idiazábal por aquello del lugar) y miel. Todo entre una buena hogaza de horno.
2. Barcelona. Parque de la Ciutadella.
Con sus 17 hectáreas, desde 1888 es un oasis en plena ciudad de Barcelona. Ahí encontramos, además de numerosas zonas ajardinadas y muy frecuentadas por los propios barceloneses, una impresionante cascada, un zoo y un gran lago donde poder remar. ¡Perfecto para pasar un día completo! Una ensalada fría de pasta o arroz con bonito del norte, cebolleta, aceitunas negras, tomate pelado y maíz es perfecta para compartir y combatir los rigores del calor.
3. Madrid. Parque Juan Carlos I.
Su gran lago, su ría de casi dos kilómetros y sus 19 esculturas no tienen nada que envidiar a su hermano mayor, el icónico parque de El Retiro. Todos recordamos el famoso sketch de ‘Martes y Trece’, sea como fuere, las empanadillas se han convertido en una de las propuestas gastro más castizas. Disfrutar de una tartera repleta de empanadillas rellenas de bonito, tomate frito (elaborado con la receta española del sofrito) y huevo duro será toda una experiencia después de un largo paseo por gran este parque de Madrid.
4. Málaga. Parque de la Paloma de Benalmádena.
Tal vez sea el preferido por los niños, ya que mientras damos un paseo antes de comer podemos ver pavos reales, tortugas, conejos e incluso emúes. Además de numerosos senderos para pasear y abrir apetito, los más pequeños lo pasarán en grande en cualquiera de las dos zonas de columpios. Y cuando llegue la hora, extenderemos nuestro mantel en alguno de los montículos desde donde además se ve la sierra de Benalmádena o el teleférico y disfrutaremos de unos exquisitos huevos rellenos con bonito, mostaza, salsa Perrins, mayonesa, una anchoa picada, albahaca fresca, cebollino, alcaparras y la yema cocida.
5. A Coruña. Parque de San Pedro.
Preparar un picnic en este parque nos permite combinar mar y montaña. Por eso en nuestro menú no puede faltar la mítica empanada de bonito del norte con masa de pan muy jugosa. Sofrito de tomate, huevo duro y aceitunas para dar forma a porciones deliciosas que nos prepararán para un agradable paseo en el ascensor panorámico desde donde veremos la famosa Torre de Hércules, la ensenada del Orzán y la ciudad de A Coruña.
6. Donostia-San Sebastián. Parque Cristina Enea.
Considerado uno de los parques urbanos más frondosos de España. El Parque Cristina Enea está situado en un pequeño montículo en uno de los meandros formados por el Urume. Una mini-selva en mitad de la ciudad, lo que lo convierte en una de las zonas más especiales para preparar una comida o una merienda al nivel de la idiosincrasia gastronómica de una ciudad como San Sebastián. Merece la pena arriesgar en formato pintxo con pequeñas hamburguesas de bonito en conserva mezcladas con zanahoria, cebolla, perejil, cayena y pan rallado.
7. Alicante. Fuentes del Algar.
Pese a no encontrarse en pleno centro urbano, este espacio cercano a Benidorm bien merece una visita, o varias. Una zona donde se suceden cascadas, “tolls” (pozas de agua donde bañarse) y numerosos lugares donde preparar nuestro picnic. También tenemos en la misma zona el DinoPark Algar, un parque educativo con reproducciones de dinosaurios que tanto los niños como los mayores disfrutarán y que cuenta con una ruta didáctica. La zona habilitada para comer es perfecta para sentarse y disfrutar de unos bocadillos de tortilla francesa con bonito y pan untado en tomate, una combinación que, al igual que la tortilla, nunca falla ni para pequeños ni para mayores.
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Fuente: Idónea Comunicación