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Por su arquitectura, sus encantadores rincones, sus fiestas populares, su gastronomía… Guadalupe es uno de Los pueblos más bonitos de España –asociación a la que se integró en 2018– pero no solo eso. Esta hermosa localidad de la provincia de Cáceres es también el lugar donde se encuentra el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, patrona de Extremadura, y sitio declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Y si visitar Guadalupe y su monasterio en cualquier momento es ya un placer sensorial y espiritual, hacerlo en lo que queda de este 2021 y buena parte de 2022 se convierte en una experiencia inolvidable por coincidir con su Año Jubilar, hecho que acontece solo cuando la festividad de la Virgen se celebra en domingo; como el 6 de septiembre de 2020, inicio del Año Santo. Doce caminos conducen hasta Guadalupe y recorrer cualquiera de ellos no solo permite alcanzar el Jubileo sino disfrutar de un entorno natural único, entre castaños milenarios y bosques encantados… hasta llegar al corazón extremeño.
Esta es una historia que empezó hace cinco siglos, cuando en 1536 el Papa Paulo III estableció el primer Año Jubilar de Guadalupe como forma de rendir homenaje a la virgen, cuya imagen se cobija en el Real Monasterio que toma su nombre. Una virgen negra sedente realizada en madera de cedro, de estilo románico, que mide 59 centímetros y pesa 3.975 gramos. Desde entonces, solo se celebró de manera excepcional, hasta que en 2005, otro Papa, Juan Pablo II, concedió la gracia del Año Jubilar Guadalupense siempre que la fiesta litúrgica coincidiera en domingo, hecho que sucede con una cadencia de 6, 5, 6 y 11 años. Como en 2020, año en que dio comienzo este Jubileo, que se prolongará hasta el 10 de septiembre de 2022, y cuya próxima ocasión no será hasta 2026.
Caminos de Guadalupe
Doce son los caminos por tierras cacereñas que conducen hasta Guadalupe: Camino Real, Camino de los Montes de Toledo, Camino de la Jara, Camino de Cabañeros, Camino de Levante, Camino de los Mineros, Camino Mozárabe, Camino Romano, Camino Visigodo, Camino de los Descubridores, Camino de Monfragüe y Camino de los Jerónimos. Y convertirse en uno de los 170.000 peregrinos que anualmente suelen visitar el monasterio es disfrutar de un territorio privilegiado, de enorme riqueza paisajística, que atraviesa bosques, humedales, sierras y valles, y, sobre todo, uno de los grandes tesoros naturales de la zona: El Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara, un increíble macizo montañoso con siete zonas SEPA (especial protección de aves), además de relieve apalachense, desfiladeros, refugios con pinturas rupestres, castillos árabes, minas… y espectaculares miradores panorámicos.
Al llegar a Guadalupe, toca pasear por las empedradas calles de uno de los Los Pueblos más bonitos de España, que muestran la típica arquitectura serrana con sus balcones y soportales, y que acercan al visitante a algunos de sus rincones más encantadores, como la Plaza de Santa María de Guadalupe, el Colegio de Infantes, la Iglesia barroca de la Santa Trinidad, además de los cinco arcos medievales que se reparten por sus dos murallas. Al llegar al Real Monasterio, y tras atravesar la Puerta Santa de la basílica, llega el ritual de acariciar las piedras de su entrada, en la nave de Santa Ana, que según la tradición cubrió a la imagen de la Virgen tras haber sido sepultada para protegerla. Y, cómo no, disfrutar de la visita a una auténtica joya histórica y arquitectónica.
Un monasterio excepcional
Los claustros mudéjar y gótico, la sacristía, el camarín, los museos… Este monasterio declarado Monumento Nacional en 1879 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993 es un verdadero tesoro del patrimonio histórico extremeño.
El edificio actual, de estilo gótico, se terminó de construir en torno al año 1403, sobre un templo anterior, de estilo mudéjar, de principios del siglo XIV –del que solo se conserva un ábside. De la ermita original, del siglo XIII, que dio origen al santuario, no se conserva nada. El monasterio se compone de tres naves, crucero y cabecera, de cruz latina y ábside poligonal. Al interior, destacan sus bóvedas de crucería y los grandes ventanales góticos que iluminan la nave central, así como el extraordinario retablo mayor, trazado por Juan Gómez de Mora y ejecutada por Juan Bautista Montenegro. El sagrario, situado en la parte inferior del retablo, fue escritorio del rey Felipe II, realizado en madera de cedro con aplicaciones de bronce. Además, el Claustro mudéjar de Guadalupe es uno de los mejores de su estilo, construido entre 1389 y 1405. Estos son, desde luego, solo algunos de los innumerables elementos y detalles que hacen de este excepcional conjunto arquitectónico una maravilla.
Una leyenda que se remonta al siglo I
Cuenta la leyenda que la imagen de la Virgen fue realizada en un taller de Palestina en el siglo I d.C. Tras ser venerada en templos de Acaya y Bizancio, el Papa San Gregorio Magno la regaló al arzobispo de la Sevilla visigoda. Pero durante la invasión musulmana del año 711, los cristianos la escondieron en una caja junto al río Guadalupe (afluente del Guadiana que discurre por Cáceres), en la serranía de Villuercas.
En el siglo XIII, la Virgen se le apareció a un vaquero cacereño, Gil Cordero, y le dijo que existía una escultura de ella junto al río Guadalupe. Cordero encontró la sagrada imagen y levantó una pequeña cabaña de piedra en la que depositó la imagen: la primera ermita que albergó a la Virgen de Guadalupe. El santuario empezó a recibir peregrinos del entorno más cercano hasta que, en 1337, el rey Alfonso XI de Castilla y de León impulsó la construcción del que pasaría a convertirse, en 1389, en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, regentado en sus orígenes por los jerónimos y, desde 1908, por monjes de la congregación franciscana.
La relevancia de este centro de devoción mariana está vinculada también a que grandes personajes de la historia lo han visitado, figuras como Isabel la Católica, Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Carlos V, San Pedro de Alcántara, Santa Teresa de Jesús, Miguel de Cervantes, Lope de Vega o Miguel de Unamuno, entre otras. Historia, tradición y espiritualidad fusionadas en un monasterio que este 2021 continúa celebrando su Año Jubilar. Además, una excelente oportunidad de disfrutarlo es aprovechar los Bonos Turísticos de la provincia de Cáceres, que pueden adquirirse hasta el 31 de mayo y canjearse para ser disfrutados hasta el 31 de diciembre de este mismo año.
Fuente: RV Edipress