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Conocido como el lugar de culto más antiguo del mundo, el yacimiento arqueológico de Göbeklitepe, en Turquía, ha removido profundamente la manera en que hasta ahora nos hemos explicado nuestro pasado más remoto. En este sentido, el Ministerio de Cultura y Turismo turco ha declarado 2019 como año dedicado a Göbeklitepe, un reconocimiento más que merecido que, además, supone una invitación irresistible para visitar el “punto cero” de nuestra historia.
Situado cerca de la localidad de Şanlıurfa, en la región de Anatolia Suroriental, el sitio arqueológico de Göbeklitepe fue inscrito por la UNESCO en la lista del Patrimonio Mundial apenas el año pasado, 2018. Un hecho cuando menos curioso, teniendo en cuenta que hablamos del santuario más antiguo descubierto hasta ahora, con casi 12.000 años de antigüedad. Una auténtica cuna de civilizaciones con una diferencia de “edad” de unos 7.500 años con la Gran Pirámide de Giza (Keops), en Egipto, y más de 6.000 años con respecto a Stonehenge, en Inglaterra, entre otros grandes monumentos de la antigüedad.
El punto cero de la historia
Localizado por primera vez en 1963, Göbeklitepe no se comenzó a excavar por los arqueólogos de manera decidida sino hasta 30 años después. Desde entonces, equipos turcos y alemanes han trabajado en el que se conoce como el “punto cero de la historia”, un sitio que, curiosamente, se considera lugar de culto primero y asentamiento permanente después, hallazgo que ha revolucionado la concepción de la historia humana, basada en la transición de los grupos cazadores-recolectores a las sociedades sedentarias, agrícolas y ganaderas.
En otras palabras, este singular sitio del neolítico es un templo donde las sociedades de cazadores y recolectores se reunían para adorar a divinidades y ancestros, lo que refuta la tesis ampliamente aceptada de que la agricultura dio el impulso definitivo a los grupos humanos para establecer asentamientos y, posteriormente, desarrollar formas artísticas y religiosas más complejas.
El yacimiento de Göbeklitepe está formado por edificios circulares y ovalados, de entre 10 y 30 metros de diámetros, que incluyen en su interior grandes pilares monolíticos de piedra en forma de T, con más de 3 metros de altura y entre 10 y 15 toneladas de peso. Las columnas, que previsiblemente soportaban algún tipo de tejado, presentan distintas figuras talladas en relieve de animales y plantas y pictogramas abstractos.
Además, a estas salas centrales les acompañan diversas estancias rectangulares adyacentes, más pequeñas y al parecer de uso doméstico, que, en conjunto, dan lugar a un gran centro ceremonial, al parecer el primero en la historia de la Humanidad.
Preguntas pendientes
Con solo una mínima parte del yacimiento excavado (cerca del 5% de la superficie total), aún son muchas las incógnitas que ofrece Göbeklitepe. Así, por ejemplo, se desconoce cómo fue que en el período neolítico, donde se utilizaban herramientas manuales muy primitivas, se pudieron realizar y colocar los grandes monolitos en el sitio.
Del mismo modo, se cree que las figuras en relieve talladas en la base de estas columnas pétreas son algunos de los primeros ejemplos de escultura en el mundo y una interesante ventana a la cosmovisión de las poblaciones prehistóricas de la Alta Mesopotamia. Una curiosidad más sobre este histórico lugar es que fue totalmente enterrada con toneladas de tierra y escombros en torno al 8.000 a.C., hecho que, por otra parte, permitió su excepcional conservación hasta nuestros días.
En todo caso, Göbeklitepe es un sitio único en el mundo, que ofrece una excepcional radiografía de uno los momentos más importantes de nuestra historia, a saber, la transición entre los grupos cazadores-recolectores prehistóricos a las sociedades agrícolas más modernas. Hablamos, sin duda, de uno de los yacimientos arqueológicos más emocionantes del mundo y uno de los valores indiscutibles del inmensamente atractivo patrimonio histórico y cultural de Turquía.
Fuente: Turismo de Turquía