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Dentro de un par de días, del 28 al 31 de diciembre, la ciudad de Douz, al sur de Túnez, vuelve a acoger uno de los festivales más auténticos y exóticos del norte de África: el Festival Internacional del Sahara.
Este gran evento, que conmemora en esta edición de 2017 su 50º aniversario, congrega a tribus nómadas procedentes de distintos puntos del país, de Argelia, Libia y Egipto, así como a numerosos turistas curiosos de conocer una de las citas más importantes del año en Túnez. Se trata de la celebración por excelencia en todo lo que se refiere a la herencia árabe-bereber, un momento mágico que representa la paz y la armonía existente entre las tribus saharauis que habitan en el desierto.
En todo caso, para los cuatro días en que transcurren los festejos, y en los que dromedarios, caballos y burros inundan las calles de la ciudad, se ha preparado un completo programa de actividades que incluye ceremonias, desfiles, exposiciones, música y folclore en directo, danza, poesía y diversos concursos, entre muchas otras opciones.
El acto de apertura tendrá lugar este jueves 28 de diciembre en la Plaza de las Artes de Douz, con compañías de artes populares, majorettes y una exhibición de “méharées”, nombre que reciben las caravanas de dromedarios que cruzan el desierto con sus jinetes vestidos con coloridos atuendos. El resto de los días, esta plaza –donde se encuentra el mercado– continuará con el ambiente festivo con actuaciones de compañías de folclore originarias de diferentes países, encantadores de serpientes y otros espectáculos.
Por su parte, la Plaza Hniche acogerá todos los días la escenificación de los usos y costumbres ancestrales de la vida sahariana, desde rituales tradicionales de bodas y juegos típicos hasta caravanas, músicas, etc.
Con medio siglo de trayectoria, este acontecimiento, que comenzó como un torneo de trajes y ornamentos entre distintas “méharées”, se ha ido transformando hasta convertirse en una forma de homenaje que mantiene vivo el espíritu del Sahara y de sus moradores. Por ello, para esta edición se ha organizado una exposición sobre la memoria del festival a lo largo de estos 50 años de existencia.
El resto de exhibiciones estarán dedicadas a diversas disciplinas: artes plásticas, plantas medicinales, los distintos tipos de dátiles de Nefzawa, las diferentes especies de aves de la región, fotografía, artesanía, gastronomía tunecina… Un gran mosaico de manifestaciones populares que muestra la enorme riqueza cultural y natural de una región apasionante.
En todo caso, por su magnífico emplazamiento, en plena costa mediterránea; por su inabarcable patrimonio cultural; por su rica gastronomía; por su abrumadora naturaleza… Túnez es un país verdaderamente cautivador, que, además, ofrece una relación calidad-precio inmejorable. Lugares emblemáticos, vestigios históricos, magníficas playas, un increíble desierto, maravillosos parajes para practicar deportes… y todo ello unido al carácter amable y acogedor de su gente. En definitiva, un destino imprescindible.
Fuente: Idealmedia