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El Doğu Express o Expreso del Este, la línea férrea que une Ankara, la capital de Turquía, con Kars, una de las ciudades más orientales del país, es uno de esos recorridos que nos recuerdan lo mucho que vale la pena viajar. Tanto la línea ordinaria como el Expreso del Este Turístico ofrecen una sucesión de paisajes increíbles, tanto urbanos como naturales, especialmente en invierno, cuando la zona se cubre de nieve. En todo caso, esta ruta por el oriente de Turquía permite a los amantes de los viajes en tren disfrutar de una experiencia inolvidable.
En este sentido, las bellezas naturales, la historia antigua, la cultura y la rica gastronomía son solo algunas de las razones por las que Turquía es uno de los destinos preferidos para viajar, en cualquier momento del año. Sin embargo, en invierno, cuando el país se transforma en un “paraíso blanco” con paisajes urbanos y rurales totalmente cubiertos de nieve, surgen experiencias realmente fascinantes.
Opciones muy atractivas, como las famosas estaciones de esquí, pero también experiencias invernales muy especiales en medio de ciudades históricas que resultan aún más evocadoras bajo un manto de nieve. Y aquí es donde aparece, de manera muy destacada, el popular Expreso del Este o Doğu Express, que parte de Ankara, la capital, y recorre localidades de inigualable belleza, majestuosas montañas e imponentes valles hasta llegar a Kars, la mágica ciudad invernal del extremo oriental del país, muy cerca de la frontera con Armenia.
Una atmósfera de ensueño en un viaje encantador
Partiendo del corazón de Anatolia y extendiéndose 1.310 kilómetros hasta la parte más oriental de Turquía, la vía del Expreso del Este es famosa por sus impresionantes vistas. Incluida entre las “cuatro mejores rutas en tren” del mundo y, sin duda, uno de los itinerarios ferroviarios más atractivos de Turquía, esta ruta realiza el cautivador trayecto entre Ankara y Kars en unas 25-26 horas. Tras partir de Ankara, el tren atraviesa las provincias de Kırıkkale, Kayseri, Sivas, Erzincan y Erzurum, antes de llegar a Kars, la última estación.
Durante el viaje, los pasajeros del Doğu Express pueden disfrutar de estaciones de tren históricas, delicias locales e impresionantes paisajes de todo tipo. El tren, que incluye vagones Pullman y coches litera, cuenta también con un vagón comedor con catorce mesas y sillas para 56 comensales. Además de las opciones de restauración a bordo; incluso, algunos pasajeros suben al tren su propia comida, cocinas eléctricas y hervidores para disfrutar de agradables tertulias de sobremesa.
Con el fin de satisfacer la creciente demanda de los últimos años, existen dos líneas de tren distintas, el “Eastern Express” (Expreso del Este) y el “Touristic Eastern Express” (Expreso del Este Turístico). Este último incluye un coche cama y efectúa parada en 29 estaciones, en las que se detiene entre dos horas y media y tres horas entre la llegada y la salida. Por su parte, el Expreso del Este, que no tiene coche cama, efectúa paradas en 50 estaciones, aunque con con pausas más limitada.
Última parada: Kars y su belleza única
El destino final del Doğu Express es la fascinante ciudad de Kars. Situada en el extremo oriental de Turquía, es uno de los asentamientos más antiguos de Anatolia. Conformada por numerosas culturas a lo largo de la historia, Kars transporta al visitante a otra época. Empezando por los urartianos, estas tierras han acogido a muchas civilizaciones, desde la persa y la bizantina hasta la selyúcida y la otomana. Además, la zona se encuentra en una importante ruta comercial donde antaño confluía la famosa Ruta de la Seda.
La atractiva estampa invernal de Kars hace que el centro de esquí de la ciudad, en la vecina localidad de Sarıkamış, también se llene de turistas durante este periodo. El lugar es famoso por su nieve polvo y por ofrecer la tercera pista de esquí de mayor altitud del mundo. Por otra parte, el lago Çıldır, en la frontera entre Kars y Ardahan, es otra visita especial que se puede experimentar en la zona. Ahí se puede pasear por el lago helado, montar en trineos tirados por caballos y observar las labores de los pescadores.
Muy cerca de Kars se encuentran también las ruinas de la antigua ciudad de Ani, una joya medieval declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Conocida como la “Ciudad de las 1001 iglesias”, en su momento de máximo esplendor, en torno al siglo XI, llegó a albergar una población de casi 100.000 habitantes y rivalizar en importancia con Bagdad, El Cairo o Constantinopla. Otras estructuras y lugares históricos de la zona son, por ejemplo, el Castillo de Kars, los bastiones y el Segundo Puente de Piedra, la mezquita de Ebu’l Menûçehr, las iglesias de San Prkich y Tigran Honents, el Monasterio de las Vírgenes y el Museo de Kars, entre otros lugares de interés.
Sabores con alma
Desde luego, los sabores de la cocina turca también son evidentes en Kars. La ciudad es un paraíso gastronómico, especialmente famoso por sus diferentes especialidades de queso de la región, miel y carne de ganso. También destaca por sus restaurantes, que sirven estos deliciosos manjares acompañados de raki (un licor anisado muy popular en Turquía) y vino.
Además, durante la comida también se puede disfrutar de una “escaramuza de amantes”, una especie de competición entre juglares típica de la zona, que, además, está inscrita en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO desde 2009. Una expresión artística excepcional que combina el instrumento y la palabra, y que ocupa un lugar destacado en la memoria cultural de Anatolia.
En todo caso, el Doğu Express invita a descubrir y disfrutar de una colección fascinante de rincones en el este de Turquía. Un territorio extraordinario, con milenios de historia y unas raíces culturales tan amplias como profundas, que, por supuesto, merece una visita.
Fuente: Comunicación Iberoamericana