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Más de 200 kilómetros desde la costa caribeña hasta las playas del Pacífico, una singular aventura que atraviesa el país, de costa a costa, para descubrir su exuberante vida silvestre y todo su encanto cultural, así es El Camino de Costa Rica.
Impulsado por una asociación sin ánimo de lucro que nace con el objetivo de fomentar un turismo rural respetuoso con el medio ambiente y el desarrollo sostenible de las comunidades locales, El Camino de Costa Rica ofrece al viajero una experiencia única para conocer a fondo el país centroamericano a través de una ruta que une los océanos Atlántico y Pacífico. Un camino rural que atraviesa bellas zonas de naturaleza privilegiada y pintorescos pueblos de la desconocida región central costarricense. Diferentes ecosistemas, aventura, nuevas experiencias gastronómicas, culturas ancestrales, flora, fauna, valles, bosques, ríos, senderos únicos, imperdibles locaciones…, todo ello y más compone el recorrido de esta experiencia única, llena de matices, respetuosa con el medio y, sobre todo, sostenible.
Una gran parte de los visitantes que llegan a Costa Rica se concentran en las zonas costeras, por lo que el principal objetivo de esta iniciativa es dinamizar zonas y pueblos menos conocidos del interior del país para brindar al visitante un contacto directo, estrecho y enriquecedor con las comunidades locales. Otras de sus metas son ayudar al desarrollo de pequeños negocios rurales con compromiso de sostenibilidad y ofrecer nuevos destinos turísticos en comunidades rurales que serán instruidas para brindar información, seguridad, opciones gastronómicas locales, hospedaje y otros atractivos culturales.
La idea central es que los turistas pueda conocer la variada biodiversidad del país, así como su gran riqueza cultural, al tiempo que se genera empleo de calidad en las pequeñas comunidades locales mediante la formación de guías y asistentes. En definitiva, un atractivo reto para los que disfrutan de las caminatas y el senderismo en medio de la más pura naturaleza.
Así, El Camino de Costa Rica se inicia en la costa caribeña del Atlántico, en los pueblos de Parismina o Barra del Pacuare, y finaliza en Quepos, en la región del Pacífico central, después de 16 días y cerca de 280 kilómetros de recorrido. A lo largo de este increíble itinerario se reparten todo tipo de atractivos. Lugares como el Parque Nacional Barbilla/Las Brisas, Valle Escondido y la tierras de la etnia indígena Cabécar, el pueblo de La Suiza, el río Macho, la comunidad de Nápoles –donde comienza el descenso hacia el Pacífico– y la pequeña ciudad de Quepos, situada ya en la costa del Pacifico central costarricense, son solo algunos de los mucho puntos de esta ruta que ofrece senderos alucinantes, travesías en lancha por lagos y canales, visitas a plantaciones de vainilla y talleres de artesanos, paseos a caballo, sitios arqueológicos, los sabores más auténticos de la gastronomía tica y mil maravillas más.
Por supuesto, la ruta puede ser dividida por secciones y adaptada según la experiencia de los caminantes y sus expectativas, como distintas opciones para principiantes, para nivel intermedio y para nivel avanzado. En definitiva, un viaje excepciona por el corazón de Costa Rica, un país mágico que ofrece un catálogo inabarcable experiencias maravillosas.
Fuente: The Blueroom Project