Share This Article
Kaws, Keith Haring, Marco Brambilla, Bill Viola, Kenny Scharf… y, desde mañana, 10 de julio, el nombre de Rafa Macarrón (Madrid, 1981) se sumará también al dream-team del arte más actual, desde maestros del Street Art y el vídeo al Surrealismo Pop, que han mostrado su trabajo en la Fundación La Nave Salinas de Ibiza. Además, en el caso de éste último, como el del primer artista español en exponer en este singular espacio que, desde 2015, cada verano, conecta a la isla con el circuito del arte internacional.
Así, el artista madrileño entra en este particular olimpo creativo como el joven talento español que se está haciendo un lugar en el panorama del arte contemporáneo. Su obra, de hecho, ya forma parte de importantes colecciones y se ha expuesto en Oporto, Nueva York, Miami, Hong Kong, Tokio, Toronto, Estambul o Bogotá. Su última exposición ha sido una individual en el museo CAC de Málaga, en la primera mitad del año, y ahora, en el verano de 2021, presenta El bañista / The Bather en La Nave Salinas de la isla pitiusa. Sus lienzos, con sus característicos personajes cambiantes de forma, llenos de humildad, se alejan de la soledad para crear legiones de seguidores fascinados por ello.
La muestra, que se podrá visitar desde mañana, 10 de julio, hasta el mes de octubre, reúne más de 15 pinturas de diversos formatos que han sido todas realizadas en el año 2021. En ellas encontramos los diferentes mundos que ha ido creando el pintor. Están las pinturas negras de formatos verticales gigantes y los paisajes panorámicos. Es en estos formatos horizontales donde suceden miles de escenas simultáneamente. Hay playas superpobladas, pero también figuras solitarias. Hay color, mucho, pero en tres trabajos reinan el blanco y el negro acompañados de tonos grises. En todos ellos se manifiesta un universo propio, un realismo mágico, que el aficionado, el coleccionista o el crítico ya reconocen como el “universo Macarrón”.
Como señala Juan Manuel Bonet, ex director del Museo Nacional Reina Sofía y del IVAM, fue el crítico Rubén Suárez quien definió muy bien su trabajo: “No le falta tradición al tipo de tendencia que cultiva, esta figuración fantástica y ornamental con derivaciones de abstracción, surrealismo y expresionismo, que sin remontarse mucho en la historia, y con los matices que se quiera, puede tener familiaridad con algunos del grupo Cobra como Alechinsky, el primer Dubuffet o nuestros Bonifacio y Alfonso Fraile, pasando por Miró o Arshile Gorky, para quien André Breton inventó lo de personajes híbridos”, escribía Suárez. El propio Bonet apunta, “Desde el principio, Rafa Macarrón tiene claro que quiere hablar, con humor más blanco que negro, más compasivo que cruel, de la calle, de la vida cotidiana, de su propia existencia, de su asombro ante el mundo. Elige una gama de colores en principio estridente (luego vendrían zonas más oscuras), un estilo inspirado en pintores como los que hemos ido mencionando –Picasso, Picabia, Duchamp, Dubuffet… o Arroyo y Gordillo–, así como en el idioma del cómic. Se suceden los interiores, los paisajes y las playas, los cuadros cósmicos, el bestiario, los rostros humanos…”.
“La obra de Rafa me entusiasmó desde el principio. Sus imágenes me parecieron nacidas de entre el universo de constelaciones de Joan Miró y los paisajes optimistas de Manuel H. Mompó. Supe que Rafa era heredero de una importante tradición de pintura española que personalmente admiro, y tengo la firme intuición de que le hará mucha justicia a su relevo artístico”, explica Lio Malca, impulsor de la Fundación La Nave Salinas y uno de los primeros y más importantes coleccionistas de Keith Haring y Basquiat.
Pedaleando hacia la cumbre
“Todo se basa en la anatomía de la persona humana, al igual que ocurría con los griegos y los romanos. Y si juntamos el mar, el cielo y la arena de la playa, es uno de los lugares donde la figura humana se realza”, destaca el propio Macarrón sobre El bañista / The Bather. Y añade, “estos lienzos tratan del renacer, hablan de nueva esperanza de vida, y nada mejor para ello que intentar reflejarlo en el verano, en las playas de Ibiza, con la luz y el azul del Mediterráneo.”
Rafa Macarrón es el representante de la nueva generación de una saga importante en la historia del galerismo, del arte y de la arquitectura española. Autodidacta, empezó a pintar en 2006, a los 25 años, y fue el pintor Juan Barjola el que le animó a no entrar en la Academia de Bellas Artes. Pero siempre, desde pequeño, tuvo un lápiz entre las manos.
Tras dejar el instituto se inició como ciclista profesional. El mismo esfuerzo individual, solitario, con el que se pedalea para llegar a la cumbre del Tourmalet lo pone en sus pinturas. “Sobre la bici entraba en el mismo estado de flow que alcanzo pintando, que estás ocho, diez horas, sin parar y no te das cuenta del paso del tiempo”, cuenta el pintor. Su disciplina –cumple horario a rajatabla– como pintor viene de ahí. No le dan miedo los grandes lienzos de 3,80 x 2,90 m o de 1,40 x 4,09 m. Algunos, a la distancia, pueden parecer puro expresionismo pero, al acercarse, hay centenares de dibujos de sus personajes que plagan la escena al modo de un Bosco o Brueghel contemporáneo.
En 2010, Macarrón ganó el prestigioso Premio BMW de pintura y en 2013 fue elegido como el artista más interesante de la feria de arte ARCO Madrid.
En cualquier caso, en este verano tan esperado La Fundación La Nave Salinas dedica sus exposición anual a este singular artista y vuelve a convertirse en una gran protagonista de la agenda cultural no solo de Ibiza sino de las Islas Baleares en sus conjunto.
Fuente: Cano Estudio