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Durante todo el mes de junio, la vigésimo segunda edición de estas jornadas gastronómicas vuelve a rendir homenaje al santo y seña de la cocina tradicional de Aranda de Duero: el espectacular Lechazo Asado.
Así, desde hoy, 1 de junio, y hasta el día 30, cerca de una decena de asadores participarán en esta gran fiesta de sabores organizada por ASOHAR ofreciendo no sólo el preciado Lechazo Asado sino también otros manjares de la zona y por supuesto, el mejor vino de Ribera del Duero.
Hornos de leña a pleno rendimiento para que no paren de salir las fuentes de barro cocido conteniendo una pieza suculenta y humeante de lechazo (por definición: una cría de oveja de 9 a 12 semanas y de no más de 12 kilos de peso, que sólo se ha alimentado con leche), siempre desprendiendo su irresistible e hipnótico aroma. Con su tostado característico, este plato es muy fácil en cuanto a preparación previa, pero sumamente complejo para obtener ese punto de ternura en el interior con el crujiente del exterior.
Quienes tienen esa maestría son, precisamente, los 9 asadores participantes en estas Jornadas Gastronómicas: Aitana, Casa Florencio, Montermoso, El Lagar de Isilla, El 51 del Sol, Asador Baldíos, La Cantinaccia, Asador el Ciprés y Asador Tudanca. Todos ellos tienen en común el cariño por las cosas bien hechas, el respeto por la tradición y la apuesta por el producto local de primerísima calidad.
Y para acompañar…
Aunque el Lechazo Asado es la estrella de estas jornadas gastronómicas, cada uno de los asadores participantes incluirá en sus menús especiales (todos ellos por el precio de 53€ por persona) algunas de las joyas de la gastronomía de la zona. Una morcilla hojaldrada con mermelada de vino tinto y chip de beicon crujiente; un guiso de manitas con mollejas y setas de temporada; unos garbanzos de Valseca con manitas de lechazo… Deliciosas muestras de la riqueza y la versatilidad de la despensa local y, desde luego, del buen hacer tras los fogones de las cocineras y cocineros de Aranda de Duero.
Y todo ello acompañado también por el rico patrimonio histórico, artístico y cultural que caracteriza a esta singular villa en el corazón de la Ribera del Duero. La iglesia de Santa María la Real, la de San Juan y la de San Nicolás de Bari, los cerca de 7 km de bodegas subterráneas –el Bienes de Interés Cultural más característico de Aranda–, el Palacio de los Berdugo y la Plaza Mayor son solo algunas de las muchas joyas que bien merecen una visita antes o después de un buen lechazo.
Comer bien, descubrir y disfrutar una ciudad mágica, regalar al paladar la experiencia de saborear la esencia de una tierra que presume de gastronomía. Presume de Lechazo Asado, una institución en Castilla y León, pero que en Aranda de Duero se entiende como un motivo perfecto para sentarse a la mesa con familia y amigos y compartir un tesoro culinario único.
¡Que aproveche!
Fuente: RV Edipress