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Ir de compras en las Islas Canarias es todo ventajas. Y no sólo hablamos del régimen fiscal –diferente al del resto del país–, que permite ofrecer precios más competitivos en la mayoría de los productos. Más bien se trata de subrayar la cantidad y calidad de sorpresas que ofrecen, sobre todo, sus tradicionales mercadillos y pequeños comercios.
Cada año, viajeros de todo el mundo visitan el archipiélago no sólo atraídos por sus playas y suaves temperaturas –que permiten a las islas presumir de ser consideradas “el mejor clima del mundo”. Los viajeros también se acercan a Canarias para descubrir sus matices culturales, y entre ellos su gastronomía, sus artesanías y demás vías de expresión de la gente de las islas. Así, entre otras de sus virtudes, las Canarias son tierra con denominación de origen, incluyendo los vinos y quesos canarios, además de mieles, mermeladas y otros antojos gastronómicos que se pueden encontrar en sus mercadillos al aire libre. Estos lugares son para hacerse también con litografías de artistas ilustres, como César Manrique, calados canarios, cestos, bisutería, marroquinería y artículos elaborados en madera, cerámica, arcilla, cuero y plata.
Son muchos los mercadillos que semanalmente se celebran en cada isla, algunos en poblaciones de interior y otros a pie de costa, refrescados por la brisa atlántica. Todos tienen sus particularidades y la siguiente selección es sólo una muestra de la diversidad de opciones que hace que ir de mercadillos por Canarias sea una experiencia realmente fuera de serie.
LANZAROTE
Mercadillo de Teguise.
El referente de la artesanía y… ¡el regateo!
Se trata de uno de los mercadillos más completos del archipiélago y destaca por su amplia oferta en variedades de artesanía. Las céntricas y pequeñas calles y plazas del pueblo de Teguise, en la mitad norte de Lanzarote, se transforman los domingos para llenarse de color, música y constante trasiego de visitantes que buscan lo más auténtico de las islas al mejor precio. Cerámica, productos de cuero, cestería, marroquinería, ropa, vinos, quesos y frutas, entre otros, son el principal reclamo… ¡y vale regatear!
FUERTEVENTURA
Mercado de La Oliva.
Los mejores óleos y calados majoreros
El encanto de La Oliva, al norte de la isla, con su personalidad de ocres y colores tierra, se convierte en el escenario ideal para la exhibición y venta de artesanía local. Aunque es difícil resistirse a pasar largas horas en las extraordinarias playas de Fuerteventura, las mañanas de los martes y jueves deben suponer una excepción para disfrutar de este mercadillo. Su especialidad: bellos calados majoreros y cuadros al óleo. Aunque también es interesante su oferta en bisutería, collages y productos de madera, plata y cuero. Además, entre puesto y puesto es posible degustar mojos y mermeladas tradicionales y hacerse con una amplia selección de frutas y verduras.
GRAN CANARIA
Mercadillo de Teror.
El más antiguo de Islas Canarias
Todos los domingos, el municipio de Teror, en el centro-norte de la isla, alberga el mercadillo más antiguo del archipiélago. Comenzó en 1932 junto a la basílica de Teror, lugar de peregrinación de numerosos residentes. Por ello, predominan productos dedicados a la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria, y a su templo, un referente religioso. Además de sus reliquias, los 140 puestos de este parque feriado forman un gran escaparate de artesanía y gastronomía, donde es protagonista su famoso chorizo local.
TENERIFE
Mercado del Agricultor y Artesano de Tegueste.
Mercadillo selecto y de calidad
Situado en uno de los municipios con más arraigo agrícola del norte de Tenerife, este establecimiento presume la calidad de sus productos y el atractivo estético de sus 34 puestos de madera y teja. En este mercadillo de Tegueste se pueden adquirir todos los fines de semana alimentos locales seleccionados, como frutas, verduras, vinos, carnes y pescados que llegan frescos de diversas zonas de la isla. No decepciona ni su repostería ni tampoco la variada oferta artesanal.
LA GOMERA
Mercadillo de Valle Gran Rey.
Nostalgia en artículos de segunda mano
En este rastro resulta difícil no hallar algo interesante. Entre los múltiples artículos de segunda mano se exhiben desde las más variadas antigüedades a libros y juguetes de otras épocas. Si se anhela desde hace tiempo una película, revista, documental o disco de música que nos recuerde una época pasada, quizá sea este el lugar para encontrarlo. El impresionante Valle Gran Rey, al oeste de La Gomera, y en particular la plaza Lomo de Riego, es el lugar que acoge las mañanas del segundo domingo de cada mes este interesante mercadillo que cuenta con cada vez más aceptación entre los amantes de muebles, arte, ropa, calzado, relojes, cristales y hasta electrodomésticos.
LA PALMA
Mercadillo de Puntagorda.
De garantía ecológica
Todos los mercadillos están vinculados a la tierra y, por tanto, a la ecología. Sin embargo, pocos pueden presumir de productos con certificación ecológica y de haber ganado premios por ello. El de Puntagorda, en el norte de la isla de La Palma, sí puede hacerlo y destaca por su gestión sostenible, ya que está integrado en el “Club de Producto Turístico Reservas de la Biosfera Españolas”. Entre sus 40 puestos destacan los quesos y vinos, los célebres almendrados y mucho otros productos agrarios y artesanos. Además, sorprende por su extraordinaria ubicación: junto al bosque de El Fayal, un bello entorno natural equipado con mesas, asaderos y un parque infantil.
EL HIERRO
Mercadillo de Frontera.
Bienes en madera de sabina entre actuaciones musicales
La más pequeña de las islas acoge cada domingo uno de los mercadillos con mayor variedad de productos agrarios de calidad y atractivos culturales en el marco del impresionante valle de El Golfo de El Hierro. En 25 puestos aúna artesanía, cestería, textiles, plantas y repostería, entre otros artículos, en unas instalaciones fijas que comparten escenario con talleres sobre jardinería y productos hortofrutícolas, además de espectáculos de títeres, mimos y actuaciones musicales para todos los públicos. Entre su oferta destacan como producto estrella los utensilios de cocina elaborados con madera de sabina, el retorcido árbol tan característico de las islas.
Fuente: Porter Novelli