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Coincidiendo con el “Día de Helsinki“, que se celebra anualmente en la capital finlandesa, mañana, 12 de junio, abre sus puertas al público la Bienal de Helsinki. En esta edición, que se prolongará durante todo el verano (hasta el 26 de septiembre), la bienal llevará la mejor del arte contemporáneo a la antigua isla militar de Vallisaari, en el archipiélago de Helsinki, así como a distintos puntos de la parte continental de la ciudad.
Bajo el título The Same Sea (El Mismo Mar), la bienal presenta a 41 artistas y grupos artísticos de Finlandia y de todo el mundo, mostrando un 75% de nuevos encargos e instalaciones específicas para el lugar que se relacionan con la historia cultural, la ubicación geopolítica y el diverso entorno de Vallisaari.
“Tras años de preparación, estamos encantados de abrir por fin la bienal a nuestro público y revelar esta extraordinaria exposición. Estamos en deuda con todo nuestro equipo, colaboradores y, especialmente, con nuestros artistas participantes, que han trabajado con ahínco y sin descanso para hacerla realidad. Esperamos recibir al mayor número posible de visitantes en Vallisaari este verano“, ha comentado Maija Tanninen-Mattila, directora de la Bienal de Helsinki.
The Same Sea
Bajo la dirección de Maija Tanninen-Mattila y comisariada por Pirkko Siitari y Taru Tappola, conservadoras principales del Museo de Arte de Helsinki (HAM), The Same Sea reflexiona sobre la noción de la siempre apremiante interdependencia. Las obras de la bienal exploran temas diversos y de actualidad, que van desde la relación de la humanidad con la naturaleza, el tiempo y el cambio, las fronteras y las identidades, y los conceptos de empatía.
La isla de Vallisaari: la gran portagonista
Vallisaari constituye el punto de partida tangible y conceptual para el comisariado de la Bienal de Helsinki de 2021. Utilizando como contexto la historia cultural y el entorno natural únicos de la isla, las obras de arte se han creado para lugares específicos, en auténtica interacción con su entorno.
Muchos de los lugares de Vallisaari han sido incorporados en las propias obras de arte:
• Dafna Maimon nos conduce a través de la bóveda de un sótano que se ha transformado en un sistema digestivo;
• Tuomas A. Laitinen crea un hábitat alienígena en una antigua bodega de pólvora;
• Samir Bhowmik acoge a los visitantes en una expedición que traza la ruta de un imaginario cable subterráneo y submarino que atraviesa la isla;
• El faro de Vallisaari, de Tadashi Kawamata, se encuentra sobre el hueco de un antiguo ascensor y ofrece una panorámica encantadora de la isla. Asimismo, se convierte en un punto de referencia temporal, compuesto por material de desecho encontrado en la propia isla, que puede verse desde varias perspectivas, en la vecina isla de Suomenlinna, declarada patrimonio de la UNESCO, y en el paseo marítimo de Helsinki.
La ancestral y tradicional relación de Finlandia con la naturaleza es también explorada a fondo en otras obras:
• La instalación Quay, de Jaakko Niemelä, es la primera en saludar a los visitantes cuando llegan en el ferry desde la parte continental de Helsinki. Construida con andamios y con una altura de 6m, refleja el aumento previsto del nivel del mar si la capa de hielo del norte de Groenlandia desaparece por completo;
• En el lado oriental de Vallisaari, en una delgada franja de tierra que conecta con la vecina isla de Kuninkaansaari, se sitúa el Big Be-Hide, de Alicja Kwade. La escultura se compone de dos piedras: una de Vallisaari y la otra una réplica hecha por el hombre, colocadas a ambos lados de un espejo. La obra plantea preguntas sobre nuestro lugar en el universo y destaca la continua transformación del mundo natural.
El tiempo, el cambio y la huella de los antiguos residentes de Vallisaari han servido también de inspiración a los artistas de la bienal:
• La pintura y estructura in situ de Katharina Grosse, Shutter Splinter, recorre la antigua escuela de la isla y el follaje que la rodea. El edificio, no apto para ser habitado, será desmantelado después de la bienal; sin embargo, los restos de la pintura se desvanecerán lentamente cuando la vegetación comience su nuevo ciclo estacional. La intervención de Grosse en el paisaje, transitoria pero visualmente impactante, es un recordatorio del paso del tiempo y evoca un diálogo en la intersección de la memoria cultural y el proceso natural;
• La artista sami Outi Pieski y las bailarinas Birit Haarla y Katja Haarla presentan su primera obra de arte en colaboración Guhte gullá / Here to hear. Explorando la correlación entre identidad, lugar y naturaleza, la obra se pregunta: ¿Cómo podemos reparar nuestra conexión rota con la Tierra? La obra, que se nutre de la relación madre-hija de las artistas, llena el sótano abovedado de la Batería Alexander con danza, música y duodji, artesanía tradicional sami;
• La videoinstalación de Hanna Tuulikki aborda el concepto de metsänpeitto (cubierta forestal), un fenómeno del folclore finlandés en el que la gente desaparece en la naturaleza, los lugares se vuelven desconocidos y todo se mueve al revés. Aquí el concepto se utiliza como metáfora contemporánea del trauma emocional que conlleva la conciencia ecológica. El audio incluye una improvisación vocal basada en canciones tradicionales de llamada a la vaca, grabadas en la granja familiar de Hanna Tuulikki, ahora abandonada.
El deseo de unión y empatía es fundamental en la obra de muchos artistas de la bienal:
• Las dos obras de Kyungwoo Chun, Bird Listener e Islands of Island, han sido creadas con la ayuda de los visitantes de la bienal. Activando el papel de oyente y narrador, las instalaciones invitan a los visitantes a enfrentarse y descubrirse a sí mismos y a los demás;
• El concepto de empatía se refuerza también en el contexto de la ética ecológica: en el interior de la batería Alexander, el luminoso Arrecife Satélite Helsinki de Christine y Margaret Wertheim simula el ecosistema submarino y celebra la diversidad de la naturaleza, así como el poder de la colaboración. Hecho a mano con plástico reciclado, este arrecife de coral fue creado con el apoyo de más de 3.000 residentes de Helsinki, manifestándose como un recordatorio urgente de la vulnerabilidad de los arrecifes de coral y su destrucción causada por el hombre.
El Mainland, en tierra firme
Algunas obras de arte de la Bienal de Helsinki están situadas en la parte continental de la ciudad, como la escultura aérea 1.78 de Janet Echelman, que estará suspendida sobre la céntrica plaza del Senado durante el mes de agosto. El Museo de Arte de Helsinki, responsable de la organización del evento, acoge una instalación y una serie de eventos de Rirkrit Tiravanija y Antto Melasniemi, en colaboración con la empresa finlandesa de mobiliario Artek.
Actividades virtuales para conectar con el resto del mundo
Conscientes de la realidad actual, la Bienal de Helsinki ha preparado también una intensa y muy nutrida agenda de actividades on-line para llegar al público de todo el mundo, incluyendo entrevistas en vídeo con artistas, grabaciones de actuaciones y obras de arte digitales. Todo ello está disponible en la web oficial del evento. Además, se han creado dos nuevas experiencias interactivas de realidad virtual para transportar al público a Vallisaari. Estas experiencias, denominadas Quest Virtual Helsinki – Vallisaari Island, podrán descargarse próximamente en la Oculus Store.
En cualquier caso, la Bienal de Helsinki será, sin duda, uno de los eventos más interesantes del verano dentro del universo del arte contemporáneo; una propuesta que, además, vuelve a poner sobre la mesa el apasionante circuito artístico y cultural que se vive, de manera constante, tanto en la propia capital finlandesa como en Finlandia en general.
Fuente: MARCO