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Podemos decir que si algo nos hace humanos es nuestra necesidad de crear, y así ha sido desde siempre. Una clara muestra de ello es el Arte Rupestre Prehistórico, la primera gran manifestación de esa inevitable pulsión creativa y comunicativa que nos caracteriza.
En este sentido, el arte de los primeros europeos supone la forma de expresión cultural, social y simbólica más antigua del continente y, por suerte, hoy podemos descubrir y disfrutar muchos ejemplos de ello a través de los Caminos del Arte Rupestre Prehistórico de España.
El arte rupestre prehistórico apareció en Europa hace unos 42.000 años y se desarrolla a lo largo del Paleolítico Superior, el Neolítico, la Edades del Cobre y el Bronce, e incluso hasta la Edad del Hierro en algunas regiones. Hoy en día, casi 4,1 millones de visitantes acuden cada año a los lugares donde aquellos primeros habitantes del continente plasmaron sus singulares representaciones del mundo en el que vivían, unas manifestaciones llenas de simbolismo motivado por las creencias religiosas y lleno de referencias a la naturaleza.
El Itinerario Cultural del Consejo de Europa Caminos del Arte Rupestre Prehistórico ofrece en España más de 100 destinos rupestres de gran interés científico, cultural, artístico y arqueológico, agrupados en 15 rutas regionales, todos ellos abiertos al conocimiento y disfrute de quién decida descubrirlos. Además, tres zonas (Cuevas del norte de España, Arco Mediterráneo y Siega Verde/Foz Côa) están incluidas en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y, cada año, más de dos millones de personas descubren en ellos los primeros trazos artísticos de la humanidad.
Esta red europea está conformada por casi 150 enclaves de interés, incluyendo países como Noruega, Finlandia, Georgia, Azerbaiyán, Italia y, en particular, Francia, Portugal y España. Muchos son pequeños sitios (una cueva, un abrigo, una roca al aire libre, un pequeño museo…), pero hay lugares con importantes infraestructuras turísticas donde es posible conocer grandes hallazgos arqueológicos, como las cuevas de Lascaux y Chauvet, en Francia; Valle Camonica, en Italia; el Parque Nacional de Gobustán, en Azerbaiyán; o como las cuevas de Altamira y Tito Bustillo, o los petroglifos de Campo Lameiro, en España. Solo por mencionar algunas.
En España se puede disfrutar de una quincena de rutas que muestran, en distintos puntos de la geografía peninsular, los primeros pasos del arte de los primeros europeos. Estas sendas, denominadas Rutas Rupestres de España, recorren 13 comunidades autónomas y están incluidas en la marca ‘Rutas Culturales de España’. Se trata de una red de itinerarios que recorren sitios arqueológicos abiertos al público (también museos y centros de interpretación), unidos por una temática común: el arte rupestre de la Prehistoria o, lo que es lo mismo, el primer arte de la Humanidad.
Estas rutas de arte rupestre prehistórico permiten disfrutar de sitios de enorme belleza geológica y natural en los más diversos escenarios de la España rural. Por ejemplo, los Itinerarios cantábricos de las cuevas del país de Altamira (Euskadi, Cantabria y Asturias); la Ruta de los Petroglifos de las Terras de Pontevedra, en Galicia; las Rutas rupestres de Castilla y León (Castilla y León); la Ruta de los Abrigos Rupestres de La Mancha (Castilla-La Mancha); la Ruta del Arte Rupestre andaluz (Andalucía); la Extremadura prehistórica (Extremadura); la Ruta Rioja Rupestre (La Rioja); los Parques Culturales de Aragón (Aragón) o los Abrigos Levantinos de la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia (Valencia y Murcia), entre otros.
En cualquier caso, esta singular propuesta es una gran alternativa para disfrutar de unas vacaciones diferentes en familia, así como una excelente oportunidad para descubrir las ricas y profundas raíces del arte, la cultura y la historia del continente europeo.
Fuente: RV Edipress