Share This Article
La ciudad colombiana de Medellín es un ejemplo de cambio en todos los sentidos. Es un lugar que ofrece una amplia variedad de alternativas turísticas, que se entremezclan con la rica cultura y la historia de la región.
Hablar de Medellín es, sin duda, hablar de Fernando Botero. El célebre pintor y escultor está presente por toda su ciudad natal. Y más en concreto, en la plaza que lleva su nombre, la Plaza Botero o Plaza de las Esculturas, donde se exponen más de 23 esculturas y obras de arte al aire libre, donadas por el autor a la ciudad.
Por si esto no fuera suficiente, en la misma plaza se ubica el Museo de Antioquia, que alberga una amplísima colección, desde objetos prehispánicos hasta arte moderno latinoamericano, además de diversas exposiciones temporales y, por supuesto, más obras de Botero (dibujos, bocetos, esculturas, pinturas). Entre la plaza y el museo, se pueden disfrutar de más de 180 obras del artista.
Del arte más clásico viajamos al arte más actual, capaz de expresarse de muchas formas, como puede ser el arte urbano. Así, al oeste de Medellín se encuentra la Comuna 13, una zona que representa la verdadera transformación de la ciudad como referente urbano y de innovación social. Este lugar es un auténtico territorio artístico donde coexisten diversos centros culturales que fomentan el arte, la música, el baile, la cultura…
El arte urbano (plantillas, posters, pegatinas, murales, grafitis…) es pieza fundamental de la identidad de la zona, y se pueden hacer tours que muestran y explican los lugares más relevantes, mientras se vive de cerca la esencia local, las casas bajas, las calles enrevesadas y los aromas de este barrio. Además, ahí se encuentran unas escaleras mecánicas de 384 metros que, en 6 tramos, conectan las zonas más altas con las más bajas de esta área, que permiten continuar disfrutando del arte urbano y que se han convertido en un singular reclamo para los visitantes.
Y tras haber degustado la diversidad artística de Medellín, es tiempo de saciar el apetito en la Plaza Minorista, un mercado tradicional perfecto para probar la amplia variedad de productos locales, además de conocer la gentileza y alegría de la gente local. Perderse entre colores, olores y sabores es la mejor idea, probando todo aquello que nos llame la atención a nuestros ojos y paladar. Cabe destacar la variedad de frutas (lulo, guanábana, tomate de árbol…) y la variedad de jugos que se preparan con muchas de ellas, además de las típicas arepas de maíz, sopas y mucho más.
Para finalizar el día se puede elegir entre varias de las zonas más reconocidas de la ciudad, como El Poblado, Barrio Colombia, La 33, La 70 o El Centro, donde se encuentran diversos bares, cafés, restaurantes y clubs. Estas son algunas de las zonas de vida nocturna más animadas de Medellín, lugares perfectos para descubrir la gastronomía local y para probar la verdadera rumba paisa, para sentirse entre sus ritmos y bailes como un lugareño más.
En todo caso, estas son solo un par de ideas que sirven como aperitivo para ir descubriendo una de las ciudades más apasionante de Colombia. Por supuesto, hay mucho más por explorar y descubrir en Medellín.
Fuente: Aviareps