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Hoy, 31 de octubre, se celebra una efeméride muy especial, y no, no hablamos de Halloween. Hoy se conmemora el 30 aniversario de la Ley del Cielo, una normativa pionera que protege la excepcional calidad del cielo de Canarias para la observación astronómica, y que ha ayudado a consolidar a la isla de La Palma como un auténtico paraíso para el astroturismo.
Aprobada el 31 de octubre de 1988 por el Gobierno español, a propuesta del parlamento canario, la Ley del Cielo supuso un antes y un después. Un marco que regulador que acota y protege la calidad del cielo a partir de cuatro aspectos fundamentales. En primer lugar, la contaminación lumínica, regulando la iluminación de exteriores en la isla y la parte de la vecina Tenerife que tiene visión directa desde La Palma. En segundo lugar, la contaminación radioeléctrica, estableciendo los niveles de radiación electromagnética para que no interfieran en los equipos y medidas de los observatorios internacionales de Izaña (Tenerife) y del Roque de los Muchachos (La Palma). En tercer lugar, la contaminación atmosférica, controlando las actividades que puedan degradar la atmósfera en el entorno de las instalaciones astrofísicas. Y en cuarto lugar, las rutas aéreas, regulando el tráfico aéreo sobre los observatorios para evitar interferencias que puedan afectar al trabajo científico. En todo caso, no es casualidad que La Palma fue reconocida como la primera Reserva Starlight del mundo.

Celebrando esta efeméride, el Instituto de Astrofísica de Canarias y los Observatorios de Canarias están celebrando durante todo el mes de octubre el 30 aniversario de la Ley del Cielo con una serie de actividades en el marco de la iniciativa Protege tu cielo. Con ellas recordarán la importancia y alcance de la ley sobre la Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias, de 31 de octubre de 1988. Sin duda, una norma pionera que inspiró leyes en otras comunidades españolas y en países como Chile, Hawái o Italia.
Una circunstancia reforzada desde la isla de La Palma en donde se ha anunciado, del mismo modo, que se va a promover un Manifiesto por el Cielo con el que se redoble el compromiso de la isla por la preservación de los cielos limpios y la lucha contra la contaminación lumínica, con el objetivo de implicar aún más en esta materia a la sociedad insular. Una iniciativa que resulta de las sugerencias recogidas en las conclusiones de la peer review (revisión por pares) que ha desarrollado recientemente en La Palma la comisión técnica del proyecto europeo Interreg Night Light. Este programa ha reunido en la isla a nueve regiones de siete países de la Unión Europea (Dinamarca, España, Eslovenia, Holanda, Hungría, Italia y Luxemburgo) para abordar el control de la contaminación lumínica y el desarrollo del astroturismo.

El astroturismo, un viaje hacia las alturas
Hoy en día, y gracias en parte a lo que supuso la Ley del Cielo, la isla de La Palma está considerada como un destino referente en el segmento del astroturismo a nivel internacional por la Organización Mundial del Turismo (OMT). En la pasada edición de FITUR, además, obtuvo el reconocimiento al mejor producto nacional de turismo activo. Esta actividad económica vinculada a la observación de las estrellas es una gran oportunidad para un posicionamiento turístico singular del destino, dando valor añadido al gran patrimonio de naturaleza y biodiversidad que atesora.
De hecho, el trabajo coordinado entre instituciones y empresas ha logrado que sean ya unos 70 los negocios que en la isla cuentan con tematización astroturística, desde iniciativas de artesanía, bodegas o joyerías hasta casas rurales o restaurantes, entre otros proyectos. Un dato que podría ser la punta de lanza de un crecimiento económico basado en el desarrollo de proyectos que ya se llevan a cabo en otras regiones de España, como Cataluña, Aragón, Andalucía y Extremadura, así como en la región chilena de Coquimbo. En este sentido, cabe destacar que el astroturismo en La Palma, en virtud de las excepcionales condiciones de observación astronómica y el desarrollo de empresas y servicios vinculados a esta actividad, tiene un potencial de desarrollo económico de 29 millones de euros anuales.

En cualquier caso, visitar La Palma y descubrir su maravilloso cielo nocturno simplemente escapa a cualquier reducción, a cualquier categoría o esfuerzo de clasificación. La belleza, la profunda grandeza de una bóveda celeste mostrándose en toda su expresión, escapa a cualquier descripción que pretenda ser justa y honesta. Solo queda ir a la isla, esperar a que caiga el sol y disfrutar de un espectáculo verdaderamente estremecedor.
Fuente: Ecotouristing